ALOCUCIÓN DEL SEÑOR PRESIDENTE DE
LA ACADEMIA BELGRANIANA
EN OCASIÓN DE LA DONACIÓN DE LA
BANDERA NACIONAL
AL INSTITUTO “PADRE RAMÓN
BARRUFET” ROSARIO DE LERMA
22 DE NOVIEMBRE DE 2024
Estimados Compatriotas:
La vida de Manuel
Belgrano es una vida ejemplar, no hay duda alguna. Una vida diferente, casi
tocada por la mano de Dios. Una vida ejemplar, vigente hoy y me aventuro a
aseverar, que también lo será en el mañana.
Su ideal fue forjar un
nuevo pueblo, una nueva nación, invitando a sus compatriotas a un mundo
desconocido, de valores que él supo descubrir. Su merito es haber detectado la
validez espiritual y material de los habitantes de esta parte del mundo y no
pretender sojuzgarlos y usufructuar sus esfuerzos nativos.
Salamanca y Valladolid abrieron
y fomentaron aún más sus pensamientos y observaciones de la realidad, los que
conjugados con sus anhelos interiores, encontraron marco en la ilustración que
pudo palpar en Europa.
Hijo de una de las
familias que se distinguían por su accionar, no era un desconocido. Los
Belgrano eran influyentes en la sociedad. Su ambición –narrada por él mismo en
su autobiografía- lo llevaba a pensar que sería un gran diplomático. La vida de
representación en el mundo fue seguramente su primera inclinación vocacional,
pero altamente comprensivo y dejando de lado sus aspiraciones personales,
advirtió que su Patria estaba necesitada de los elementos fundamentales, de las
columnas sólidas que debían sostener el edificio que él había pensado para esta
tierra y sus habitantes.
Era un iluminado, con
inspiraciones que hizo verdad en un pueblo al que le faltaba de todo.
Tan alta personalidad
no deja duda de que fue un ser especial y excepcional. Su vida es un cofre de
oro y en tesoro de virtudes. Su ilustración y su vocación lo distinguieron
siempre. Dios nunca lo abandonó. El autor de la vida, en sus planes, se valió
del Hijo Prominente de Buenos Aires para trazar el horizonte de la argentinidad
naciente.
Bartolomé Mitre en sus
escritos dice “El será apreciado cada día
a medida que vayan revelándose las páginas de su vida”. Gran parte de la
vida de Belgrano está aún por conocerse. Es mucha su grandeza. Fue un héroe
indiscutible.
Es nuestro deseo como
Academia Belgraniana, entidad rectora de los estudios superiores belgranianos
fundada en 1965, alentar a las nuevas generaciones a descubrir la santidad de
Manuel Belgrano en todo su alcance y dimensión. Es nuestro deber profundizar la
verdad y encontrar a Belgrano como
verdadero fundador de la libertad nacional.
Hoy, en este suelo
salteño, donde el 20 de febrero de 1812 Manuel Belgrano obtuvo la más
espléndida victoria que registran los anales militares argentinos y fiel
testigo de la clemencia cristiana ante el enemigo vencido, sembrando ejemplo y
testimonio de hermandad americana decimos presente para traer a Rosario de
Lerma una de las Banderas que tremolaron junto al Mausoleo de su Creador.
A partir de este día el
Instituto “Padre Ramón Barrufet” es custodio de esta Bandera que es símbolo de
los argentinos, símbolo magnífico que nos representa ante el mundo, obra del
espíritu fundador del “Benemérito General
Belgrano”.
Que este Pabellón
inmaculado tremole siempre bajo este cielo con abundancia de paz y prosperidad,
les recuerde la grandeza a la que han sido llamados y sea como siempre factor
de unión, factor de amor a la tierra y amor al saber, sentimiento que nuestro
prócer cultivo en grado máximo.
A ustedes jóvenes
salteños de esta hermosa tierra de Rosario de Lerma, nueva generación de
argentinos, les deseamos lo mejor y que luego de haber formado el cuerpo, la
mente y el alma, tomen como ejemplo de vida, la vida de Manuel Belgrano,
imitando y divulgando su obra como herederos de su grandeza.
Hoy está aquí su
legado, el máximo símbolo que jamás dejará de serlo para nosotros, rindamos con
nuestras acciones tributo a aquel que abandonó todo por nosotros, honremos
siempre su memoria y al ver los colores celestiales que nos dio en la Bandera
cumplamos su deseo de vernos libres e independientes de los enemigos interiores
y exteriores.
En nombre y
representación de la Academia Belgraniana de la República Argentina agradecemos
a toda la Comunidad de Rosario de Lerma: a las autoridades civiles, militares,
policiales y eclesiástica en la persona del Señor Arzobispo, establecimientos
educativos presentes, veteranos de guerra de Malvinas, a los Infernales y
gauchos de Güemes y de modo especial al Instituto Rosario de Lerma “Padre
Barrufet” que cumple - al igual que nosotros - 60 años de vida institucional.
Feliz aniversario de diamante. Que sigan brillando como tal, formando a la
juventud en los valores y estandartes dejados por Manuel Belgrano y Martín
Miguel de Güemes.
Gloria a Belgrano, creador
de nuestra enseña!, gloria al virtuoso americano!, gloria al justo Gobernador
de Salta de Tucumán!, gloria eterna al Padre de la Patria!
Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro
Académico Presidente
Rosario de Lerma, 22 de noviembre de 2024