Ponencia de la Sra. Museóloga Zulema Cañas Strom, Consejera Académica
Salón de Sesiones "Manuel Belgrano" de la Sede de la Academia Belgraniana 21/09/2022
EL CONSULADO
Los consulados eran juntas con funciones judiciales en
materia económica que además fomentaban la
agricultura, la ganadería, las industrias y el comercio.
El de Buenos Aires creado por Carlos VI a comienzos de
1794 siendo su primer secretario, nombrado por el
monarca, Manuel Belgrano, que regreso de España al Río
de la Plata para hacerse cargo de sus funciones, las que
desempeño hasta 1810 (con algunas interrupciones en
las que fue secundado por Juan José Castelli). Durante 16
años Belgrano intentó poner en practica las ideas
económicas fisiocráticas y liberales que había absorbido
en España.
Manuel Belgrano,
espíritu promotor de las ciencias!
Los ingenieros navales y militares y médicos graduados de las
instituciones de enseñanza surgidas de las reformas borbónicas
alimentaban gran parte de la actividad de la ciencia en el Río de la
Plata pre revolucionario.
La enseñanza de la matemática aplicada constituyo una de las
columnas vertebrales de la instrucción científica como también la
enseñanza médica.
La base institucional de este tipo de actividad fue el Consulado.
Desde el Consulado Belgrano, promovió la ciencia como
fundamento del comercio (navegación), la agricultura, la industria y
conocimiento del territorio.
Creó la Academia de Geometría y Dibujo; escuelas agrícolas, de
hilanzas de lana y de algodón; de enseñanza primaria, gratuita y
obligatoria y escuelas para mujeres.
CREACION DE LA ESCUELA DE NÁUTICA
La Escuela de Náutica de Argentina fue fundada el
25 de noviembre de 1799 por Manuel Belgrano,
uno de los padres de la patria argentina y por
Ventura Miguel Marcó del Pont, Síndico del
Consulado de Comercio. Es una escuela de
formación dependiente de la Armada Argentina y
la única institución que forma personal superior
de la Marina Mercante en la República Argentina,
siendo la Escuela de Náutica la encargada de
formar Pilotos de Ultramar y Maquinistas Navales.
Abrió sus cursos en la sede del Consulado,
al igual que la Academia de Dibujo. Pedro
Antonio Cerviño, ingeniero naval que
estaba interesado en la enseñanza de
los fundamentos matemáticos de la
náutica fue designado maestro principal
de la escuela y Juan Alsina, segundo. Las
materias que serían enseñadas en el
instituto se encuentran contenidas en su
Reglamento: se trataba de un plan de
estudios extenso y basado en conceptos
teóricos y prácticos.
Juan de Alsina (ingeniero,
geógrafo, cartógrafo, matemático,
pedagogo y militar gallego), como
miembro de la Comisión Demarcadora
de Límites entre las posesiones de
España y Portugal. Fue reconocido como
un buen piloto, agrimensor general del
virreinato y especialista en matemáticas
y en astronomía. Se había casado con
María Pastora Ruano, con la que dio
origen a una distinguida familia
porteña. Hijos suyos fueron los
jurisconsultos Juan José y Valentín
Alsina, y nieto, el doctor Adolfo Alsina.
El maestro principal debía enseñar: la Geometría
elemental, y práctica; la trigonometría rectilínea,
y esférica; la Hidrografía, el Dibujo, y además
podrá destinar el tiempo conveniente para
enseñar Álgebra, y su aplicación a la Aritmética,
y Geometría: las secciones cónicas; el cálculo
diferencial, e integral. Los principios generales
de la mecánica, y aplicación de ellos a las
máquinas" - Reglamento para la Escuela de
Náutica, cuya redacción se encargó al Secretario
del Real Consulado, Manuel Belgrano.
Belgrano además de la Escuela de
Náutica fundó la Academia de
Geometría y Dibujo, a través del
Consulado, también abogó por la
creación de la Escuela de
Comercio y la de Arquitectura y
Perspectiva.
LA ACADEMIA DE MATEMATICAS
La Academia de Matemáticas abierta en Buenos Aires en
septiembre de 1810, subvencionada por el Consulado y
con la dirección de Felipe Sentenach, tuvo otro carácter
que el de la Academia de Náutica, exigido por los nuevos
tiempos, posteriores a Mayo: todos los oficiales y
cadetes de la guarnición debían ser sus alumnos.
La matemática es la ciencia más útil para un militar.
Un oficial particular (de infantería) necesitaba conocer
cuatro materias: aritmética, geometría plana y
trigonometría, geometría práctica y fortificaciones. Los
oficiales ingenieros y artilleros debían estudiar otras
cuatro: álgebra, secciones crónicas, principios de la
mecánica y estática, y nociones generales de geometría.
De nuevo, es Belgrano quién aparece como protector de la
nueva Institución.
En el discurso inaugural, pronunciado en un festivo 12 de
septiembre en los salones de Consulado, con la presencia de
la Junta de Gobierno, la Audiencia y al son de música
marcial, el futuro vencedor de Salta y Tucumán anunciaba
que los jóvenes que seguían la profesión militar hallarían en
dicho establecimiento: todos los auxilios que puedan
suministrar la ciencia matemática. (publicado en La Gaceta
17 de septiembre de 1810). Una semana antes Belgrano había
sido nombrado comandante de la fuerzas de la Banda
Oriental y el 22 de ese mes se extendió su autoridad al litoral
y al Paraguay.
GRATUIDAD Y LUGAR PARA LAS NIÑAS
Proponía también la gratuidad de la
enseñanza para que los pobres pudieran
“mandar a sus hijos sin tener que pagar cosa
alguna por su instrucción: allí se les podría
dictar buenas máximas e inspirarles amor al
trabajo, pues un pueblo donde no reine éste,
decae el comercio y toma lugar la miseria; las
artes que producen abundancia que las
multiplica después en recompensa, decaen; y
todo, en una palabra, desaparece, cuando se
abandona la industria, porque se cree no es de
utilidad alguna.”
Otra propuesta fue
“poner escuelas gratuitas
para las niñas, donde se
les enseñase doctrina
cristiana, a leer, escribir,
coser, bordar, etc., y
principalmente,
inspirándoles amor al
trabajo, para separarlas
de la ociosidad.”
CRONISTA DE VIAJE
Otro factor importante en el desarrollo de las ideas de
Manuel Belgrano fue que mantuvo una fluida
correspondencia con los diputados en las distintos
provincias, a quienes solicitaba información detallada sobre
las características geográficas y de las producciones locales.
También realizó decenas de viajes de reconocimiento a los
diferentes territorios, hecho que le permitió conocer las
condiciones económicas y sociales de las poblaciones.
Belgrano elaboró para el Consulado un detallado registro de
cada una de sus experiencias y recorridos, por lo que hoy
podemos decir que fue nuestro primer cronista de viajes.
Belgrano y su participación en los periódicos del Virreinato
En su vuelta a Buenos Aires, Manuel Belgrano convence al militar, abogado y escritor
Francisco Antonio Cabello y Mesa de fundar un periódico. En abril de 1801 apareció el
Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiográfico del Río de la Plata.
Junto a Juan José Castelli y Domingo de Azcuénaga, los hombres que más tarde
conformarían el primer gobierno patrio, publican artículos sobre agricultura, debaten
sobre recursos provinciales y los nuevos horizontes del comercio. El periódico logró
publicar 110 números y fue clausurado por orden del Virrey del Pino el 17 de octubre de
1802.
Sin embargo, un mes antes de su cierre Juan Hipólito Vieytes, el hombre de la jabonería,
lanzó el Semanario de Agricultura, Industria y Comercio.
El comercio: Hacia el siglo XVIII, la corona española (ahora a cargo de los Habsburgo)
inició la liberación del comercio colonial. Se flexibilizaron sus reglas, por ejemplo
permitiendo el desembarco de mercancía en otros puertos además del de Sevilla, que
hasta ese momento era el puerto exclusivo de este comercio.
En este semanario Manuel Belgrano plasmó
varias de sus ideas sobre educación según los
artículos publicados en 1802 titulados
"Educación Moral" o "Educación político moral" se dirige a los jóvenes destacando la
importancia de formar una población de
"hombres industriosos y ocupados" con una
sólida formación moral y cristiana: "el único
molde en que pueden vaciarse los hombres
grandes".
También se ocupa de la enseñanza de
los niños y aconseja a sus padres para
instruirlos en el conocimiento de la
geometría, la geografía, la práctica y
teoría de la agricultura, además de la
lectura y escritura. "El amor a nuestros semejantes es
obra de la naturaleza; pero el
dirigirnos hacia los deberes de
verdaderos ciudadanos es una
sagrada obligación que nos impone
la sociedad".
LAS ESCUELAS DEL NORTE ... LEGADO BELGRANIANO
En 1813, la Asamblea Constituyente premió a jefes y soldados por las batallas
de Salta y Tucumán y obsequió a Belgrano cuarenta mil pesos, un sable con
guarnición de oro y una medalla al valor, único objeto que Belgrano conservó
hasta su muerte.
Pero Belgrano respondió con abnegación y desinterés: el dinero –creía degradaba la virtud y el talento entregado en defensa de la revolución.
Donó ese dinero para la construcción de cuatro escuelas en en Tarija, Salta,
Tucumán y Santiago del Estero,
En 1818, las provincias beneficiarias hicieron un reclamo en conjunto al Director
Supremo Juan Martín de Pueyrredón que fue respondido en 1823 por Bernardino
Rivadavia quien sostuvo que no había podido dar con los fondos. Diez años después el
gobernador de Buenos Aires, Juan Ramón Balcarce, admitió oficialmente que ese
dinero formaba parte de la enorme deuda de la provincia de Buenos Aires. En 1858,
Amadeo Jacques, reflotó el tema y en 1870, el Estado bonaerense reconoció
públicamente que los fondos existían.
En 1882, los fondos belgranianos pasaron a una ingeniosa cuenta llamada Fondos
Públicos Primitivos, cuenta en la que durante cuarenta y cinco trimestres, el Banco
Provincia dispuso de los recursos donados por Belgrano, sin pagar un centavo de
interés.
JUJUY: Hubo que llegar al año 2000 y que los fondos fueran financiadas por la
provincia de Jujuy, ya que los sucesivos gobiernos centrales nunca enviaron,
para que se anuncie el reinicio de la obra. Un inicio trunco porque la empresa
adjudicataria de la licitación quebró. Un año después se volvió a licitar, pero la
empresa desistió de la obra por lo que en 2002 se rescindió el contrato que se
adjudicó a una nueva empresa que construyó diez aulas para el nivel primario,
una sala de informática, sanitarios, un salón de usos múltiples, un jardín de
infantes, ocho aulas para nivel secundario, dos aulas especiales, biblioteca y
patio.
La escuela, que lleva el número 452 y Legado belgraniano como nombre, está
emplazada en el humilde barrio de Campo Verde, a tres kilómetros del centro
de San Salvador de Jujuy. Costó a 700.000 dólares y fue inaugurada el 7 de julio
de 2004.
TARIJA: En tiempos de la donación Tarija formaba parte de Salta. Tras la
independencia del Alto Perú, la villa eligió integrarse a la flamante República
Bolivia donde hoy se erige la Unidad Educativa General Manuel Belgrano que se
construyó con dinero argentino y fue inaugurada en 1974 durante la tercera
presidencia de Juan Domingo Perón.
Tras Ayacucho, el ayuntamiento de Villa Bernardo de la frontera de Tarija
declara que “con la donación que mandó fundar el excelentísimo señor general
don Manuel Belgrano de inmortal memoria, reúna las cualidades que exige el
reglamento del expresado señor general: debíamos mandar y mandamos que
desde el día de mañana 17 del corriente, se abra la Escuela Pública de primeras
letras para la instrucción de la juventud.”
Durante años, Jujuy
y Tarija compartieron
gestión de cobranzas
hasta que pasó a la
jurisdicción de la
República de Bolivia.
El complejo ocupa
una manzana de
superficie, en la que
funcionan desde
entonces cuatro
escuelas de nivel
primario y
secundario.
TUCUMÁN: En 1975, el gobierno de Tucumán creó por ley la Escuela de la Patria
en homenaje de la primera escuela pública. Ésta debería ocupar el lugar donde
se establecieron la Escuela Lancasteriana en 1832 y la escuela pública en el
Convento de la Merced en 1856 y que funcionaron según la reglamentación de
Belgrano.
En diciembre de 1976 se creó la comisión de rigor para intentar concretar la
iniciativa frustrada en 1818, 1823, 1832, 1833 y 1870, y gestionar ante la Nación
los fondos.
Se eligió el lugar y en 1981 se puso la piedra fundamental de una obra que
recién en 2001 comenzó a funcionar.
SANTIAGO DEL ESTERO: La Escuela de Santiago del Estero, fue inaugurada por el
gobernador Felipe Ibarra, con fondos propios, en mayo de 1882, y funcionó hasta
1926. Fue reinaugurada recién el 15 de julio de 1999 en Loreto.
Una de las preguntas que surge es por qué Belgrano decidió legar una escuela en
Santiago y no en Salta donde logró la victoria. Se especulan con dos razones: la
primera es que a diferencia de la ciudad de Lerma, Santiago no contaba con
escuela pública primaria. La otra sería de índole afectiva y se relaciona con su
abuelo materno, Juan Manuel González Islas, oriundo del santiagueño pueblo de
Loreto, en donde se asentaba El yugo, un establecimiento rural en el que el
creador de la bandera pasó algunas temporadas.
El reglamento de Belgrano - Los veintidós artículos demuestran que el
donante se regía por los lineamientos del gran educador suizo Enrique
Pestalozzi. Además, se concentró en la financiación. Explicaba que si a cada
provincia se le entregaban diez mil pesos, el interés anual que obtendrían
sería de quinientos por escuela. Ese dinero tenían que utilizarlo de la siguiente
manera: cuatrocientos pesos para pagar el sueldo del maestro (era una buena
remuneración) y cien para asistir a los padres de bajos recursos con los
elementos para el aula: papel, tinta y libros. En caso de que hubiera un
excedente, se emplearía para comprar premios para estímulo de los
estudiantes más destacados.
Este reglamento terminó siendo utilizado en Santiago de Chile, en Córdoba y
en algunas otras ciudades del país. Fue modelo para escuelas que estaban
formándose en el territorio.
CORREO DE COMERCIO
El Correo de Comercio fue un periódico de Buenos Aires publicado al final de la
etapa virreinal y durante los primeros tiempos de gobiernos autónomos, del 3 de
marzo de 1810 al 6 de abril de 1811.
Historia
El Correo de Comercio se publica entre el 3 de marzo de 1810 (si bien el
“Prospecto” es anterior al 24 de enero, fecha en la que el virrey Baltasar Hidalgo
Cisneros autoriza la circulación del periódico) y el 6 de abril de 1811. A partir
del número ocho, del 21 de abril de 1810, agrega “de Buenos-Aires” en la
segunda línea del título, en tipografía menor. Salía cada sábado.
SUSCRIPCIÓN: Se dará de este Periódico un pliego en el sábado de cada semana,
y un medio pliego de
suplemento;
y se suscribirá
á el en la
Imprenta de Niños Expósitos; siendo su
precio el de un peso al mes para los de esta
Capital, diez reales para los Pueblos
comprehendidos en esta Administración
principal de Correos,
y doce reales para los
del Perú
y Chile, no admitiéndose suscripción
para esta Ciudad por menos de tres meses,
y
de seis para los de fuera; debiéndose anticipar
su importe,
y recibiéndolo en sus casas los de
esta ciudad;
y fuera, francos de todo porte.
Su principal redactor fue Manuel Belgrano,
secretario del Real Consulado de Comercio
cuando se comienza a editar. También
colaboraron Pedro Antonio Cerviño y Juan
Hipólito Vieytes. En buena medida fue el
"sucesor" del periódico redactado por este
último, el Semanario de Agricultura, Industria
y Comercio, dada su concentración en
materias económicas.
Proponía, en síntesis, una educación
para elevar las condiciones de vida.
Fisiócrata, no creía en que la
disponibilidad infinita de ganado
fuera una bendición sino una
oportunidad. En ese sentido proponía
“traer de Europa a maestros
curtidores, o en enviar seis
estudiantes a capacitarse en dicho
oficio” o aplicar las Matemáticas para
mejorar las maquinarias y potenciar
la agricultura.
CRÍA DE GANADOS
La ganadería es el pilar más importante de la
economía del Río de la Plata. Se exportan
cabezas de ganado
a todo el continente
y es
un producto “trascendental” para Europa.
Pero los hacendados atraviesan varias
dificultades. El primer problema que
menciona respecto de la ganadería es la
exportación de hembras, lo cual afecta el
desarrollo de la actividad en estas provincias.
Se aconseja la prohibición de vender las
hembras fuera de la provincia, porque de este
modo se desarrolla la ganadería en otras que
compiten en su comercio. El artículo continúa
con la identificación de grupos sociales que
afectan el trabajo de los hacendados.
Si bien el autor se opone a establecer un límite máximo a la cantidad de hectáreas
que puede tener un hacendado, deben evitarse las grandes propiedades
pertenecientes a hombres de grandes fortunas que las acaparan sin que las
aprovechen en toda su extensión. Otro grupo de individuos que afectan el trabajo de
los criadores de ganado son aquellos que, sin tener tierras propias, crían caballos,
porque su actividad afecta a los campos vecinos de varias maneras. El autor
aconseja que se los envíe a la frontera y ocupen campos realengos, en donde podrán
dedicarse a la agricultura bajo la supervisión de jueces, comandantes y curas.
Los hacendados también se ven
perjudicados por los comerciantes de
ganado, los cuales suelen estafarlos
aprovechándose de la ignorancia de los
primeros.
Los pulperos resultan otro gran perjuicio,
porque acopian cueros, suero y grasa que
compran de ladrones de ganado. Por
último, se recomienda designar “un
sugeto comisionado con tropa
correspondiente” para ofrecer seguridad
en el campo, así como el
empadronamiento de los habitantes de la
campaña, que permitiría identificar
aquellos que viven del robo.