sábado, 3 de septiembre de 2022

Discurso del Señor Presidente de la Academia Belgraniana en ocasión de la entrega del Pabellón a la comunidad de Berón de Astrada, Provincia de Corrientes

La Academia Belgraniana se apersona en San Antonio de Itatí, ciudad cabecera del departamento Berón de Astrada, para entregar formal y oficialmente el Pabellón que tremoló junto al Mausoleo del General Manuel Belgrano en el convento de Santo Domingo de la Ciudad de Buenos Aires desde el 3 de junio al 3 de julio del presente año. Tal período no es menor dado que el 3 de junio se conmemora al nacimiento del Prócer.

En el marco de la campaña institucional denominada “Bandera Argentina” traemos este símbolo nacional por excelencia, para que cubra y cobije a los hijos de esta tierra en sus anhelos y esperanza, en sus alegrías y tristezas, en sus trabajos y estudios.

Ella representa a todos los argentinos por igual, los que fueron, los que somos y los que serán, aun en la diversidad y por encima de las luchas internas del pasado y del presente.

Es símbolo del ideario de libertad con el que nació la patria, encarnado en los valores de Manuel Belgrano y de todos los hombres que lucharon por una patria grande.

Es símbolo de nuestra fe al ponernos bajo el amparo de Nuestra Señora en su advocación de Itatí, Reina del Paraná y Patrona de Corrientes, cuya fiesta litúrgica se celebra -como todos aquí bien saben- cada 9 de julio, feliz coincidencia con el día de nuestra Independencia; es símbolo también de nuestros sueños y esperanzas al invitarnos a contemplar el ciclo reflejado en sus colores; y símbolo del humilde respeto a nuestra madre patria, de todo lo heredado y de la anhelado para ella.

Que este Pabellón, perenne legado belgraniano, sea punto de unión y de encuentro. En ella debéis encontrar la razón de cada día. Este paño, hoy dejado a Vuestro cuidado, se llenó de novado patriotismo allí donde el hijo pródigo de Buenos Aires rezaba y jugara cuando niño –junto a la Madre en su Basílica del Santísimo Rosario lindera a su casa paterna-, donde estudio sus primeras letras, donde descansan sus padres y hermanos, donde anidó y albergó su proyecto de país, donde tantas veces estuvo y donde ahora reposa eternamente.

Belgrano, ese ilustrado abogado, agudo periodista,  brillante político y estratega militar argentino, dejó huellas en Corrientes:

Las cartas del General, escritas  desde Concepción del Yaguareté Corá dan incontestable testimonio del paso del Creador de la Bandera por tierra correntina.  Entre ellas, escribía el 25 de noviembre de 1810 al Gobierno de Buenos Aires lo siguiente:

"Incluyo á V. E. las copias de lo que he determinado para los pueblos de Curuzucuatiá y Mandisoví é igualmente la gracia que hice a Don Pedro Maxote, natural del Reyno de Galicia, vecino del primero: por los motivos que expreso y que no dudo influyan en V. E. para su aprobación.

Pero no puedo menos que manifestar á V. E. el abandono en que se halla el vecindario del nominado pueblo de Curuzucuatiá por lo que respecta al pasto Espiritual: ya iban a contarse dos años que ni aún Misa oían, y es de necesidad que V. E. oiga los clamores que por mí le dirigen para que el Reverendo Obispo provea á esa falta y se les ponga un sacerdote; sobre iguales necesidades hablaré a V. E. en otra ocasión, es muy urgente Señor Excelentísimo, un arreglo de los distritos de los curatos, pues tenemos mucha población que si sabemos dividirla muy pronto nos proporcionará grandes ventajas.

Dios guarde a V. E. muchos años.

Yaguareté Corá 25 de Noviembre de 1810.

Excelentísimo Señor

Manuel Belgrano.

Presidente y Vocales de la Excelentísima Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata."

Manuel Belgrano, quien como Secretario de la Primera Junta, fundara el 16 de noviembre 1810 la localidad de Nuestra Señora del Pilar del Curuzú Cuatiá se preocupa y se ocupa por el bien espiritual del pueblo. Un rasgo no menor de nuestro Prócer, el más religioso de todos ellos.  Este territorio donde hoy está la ciudad, estaba habitado por guaraníes e indios charrúas, habitantes originarios para quienes el Libertador de Pueblos dictara el “Reglamento para los pueblos de las Misiones”, uno de los documentos jurídicos más revolucionarios de nuestra historia, en el que por primera vez quedan claramente explicitados y garantizados los derechos de los pueblos originarios. Este Reglamento, redactado en diciembre de 1810, será incorporado por Juan Bautista Alberdi en 1853 como una de las bases de la Constitución Nacional. Curuzú Cuatiá, tierra correntina que con justa justicia fuera declarada Primer Pueblo Patrio por Ley Nacional 27.315. Curuzú Cuatiá siempre estuvo en el pensamiento de su promotor. No solo fue fundarla sino también consolidarla hasta en su aspecto espiritual.

De todas y cada una de las huellas que dejara en estas tierras el Precursor y Fundador de la Independencia Argentina resuena el tambor de Tacuarí. Aquella entrega de Pedro Ríos, a quien en este momento la Academia Begraniana de la República Argentina rinde especial homenaje y expresa eterna gratitud; un adolescente de 12 años es ejemplo de entrega e inmolación cívica; modelo para la juventud actual y de todos los tiempos. Aquel niño acompañó a Manuel Belgrano, jefe de la expedición a Paraguay, dando muestras de valentía y entrega por su patria.

Corrientes dijo presente cuando eran recibidas las escasas tropas libertadoras al mando del general Manuel Belgrano, pasando a revistar voluntariamente en ellas muchos otros jóvenes anónimos correntinos.

Manuel Belgrano estuvo en Corrientes aproximadamente entre el 29 de agosto y el 24 de setiembre de 1811 esperando su ingreso al Paraguay.  Son conocidas recientemente las cartas que remite desde estos pagos a don Elías Galván, que era el teniente de gobernador, estos escritos están ahora a resguardo en el Archivo General de esta Provincia. Se trata de 45 cartas escritas de puño y letra por Belgrano, donde solicitaba insumos varios que iban a ser de utilidad en su campaña militar.

Los historiadores y esta misma Academia Belgraniana deben profundizar aún más en la estadía del Libertador de Pueblos en estos pagos, para encontrar luz en este breve capítulo de la brillante trayectoria de Manuel Belgrano, porque estamos seguros que algo mas hizo además de escribir cartas y diagramar y perfeccionar su estrategia militar, nos referimos a las huellas del hombre que no pasaba desapercibido donde quiera que fuera. Su luz de vida dejó transparencias también para el pueblo correntino y es necesario profundizar en ellas.

Para finalizar, regresando a nuestros días, en estos tiempos difíciles para nuestra querida Argentina, quisiera traer al presente las palabras que Manuel Belgrano, el primer periodista del país, que escribiera y publicara el 19 de mayo de 1810 en el diario Correo de Buenos Aires:

“Esta sola voz es capaz de traer a la imaginación los más horribles desastres que con ella puede sufrir la sociedad, sea cual fuere el gobierno que la dirija: basta la desunión para originar las guerras civiles, para dar entrada al enemigo por débil que sea, para arruinar el imperio más floreciente”.

“Todos saben la consonancia que hay entre el cuerpo político con el cuerpo físico: uno y otro tienen su principio, medio y fin; y así como este se acelera en el segundo, cuando pierde la unión de las partes que lo componen del mismo modo sucede en el primero, cuando por la división de opiniones, por el choque de intereses, por el mal orden, y otras concausas resulta la desunión”.

“Pero si todavía hay alguno que lo dudare, examine la historia de su propia familia, que no es más que en punto menor la copia de la gran familia que se llama una nación; y estamos ciertos que encontrará muchas razones para convenir con nosotros, que la desunión de sus individuos le habrá hecho experimentar mil perjuicios, y tal vez descender de la prosperidad a la desgracia más espantosa”.

“Los políticos sabios de todas las naciones siempre han aconsejado a las suyas que sea perpetua la unión y que exista del mismo modo el afecto fraternal entre todos los ciudadanos”.

“La unión es la muralla política contra la cual se dirigen los tiros de los enemigos exteriores e interiores, porque conocen que arruinándola, está arruinada la nación venciendo por lo general el partido de la injusticia, y de la sinrazón, a quien comúnmente, lo diremos más bien, siempre se agrega el que aspira a subyugarla. Por lo tanto, es la joya más preciosa que tienen las naciones.

Infelices aquellas que dejan arrebatársela, o que permitan, siquiera, que se les descomponga; su ruina es inevitable, y lo peor es que se hace imposible recuperarla, o si se consigue, es padeciendo las convulsiones más violentas, y los males más penosos”.

“De lo dicho deducimos que la desunión es el aniquilamiento de las naciones; y que al opuesto, la unión, cuando no las engrandezca, al menos las conservará en medio de las asechanzas, insidias y ataques por poderosos que sean. (…)

“La unión es un valor inestimable en una nación para su general y particular felicidad; todos sus individuos deben amarla de corazón y pensar y hablar de ella como de la égida de su seguridad; cualesquiera que así lo ejecuten, no importa que le falten grandes recursos; con la unión se sostendrá, con la unión será respetable; con ella al fin se engrandecerá”.

Concluyo con una popular frase que se escribieran en la quinta de Perdriel, en aquella estancia que fuera casa de campo de los Belgrano en tiempos de las invasiones británicas, perteneciente por entonces a la sucesión de don Domingo Belgrano, el Padre de don Manuel, y en la que habría de nacer José Hernández, quien escribiera: 

“Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean, los devoran los de afuera”.

Muchas gracias.

Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro

Berón de Astrada, Corrientes, 29 de agosto de 2022

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