lunes, 10 de junio de 2024

Discurso del Señor Secretario General en ocasión del 254 aniversario del natalicio del General don Manuel Belgrano

 



Por el Prof. Lic. Roberto Fernández
Consejero Académico
Secretario General de la ABRA
Convento de Santo Domingo, 3 de junio de 2024

"Señor Presidente de la Academia Belgraniana de la República Argentina, Miembros de la Academia Belgraniana, Damas Belgranianas, autoridades civiles, militares y público presente

En primera instancia debo agradecer el alto honor que se me ha conferido por la Presidencia de la Academia de brindar una alocución en fecha tan significativa para los Belgranianos

Hoy nos reunimos para conmemorar el 254 aniversario del natalicio del General Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano.

Una verdadera conmemoración nos insta a reflexionar sobre la figura tan insigne del creador de nuestra bandera nacional.

En esta ocasión propongo no un recorrido histórico o cronológico sobre su vida, sino una reflexión sobre el valor de su ejemplo y la vigencia del mismo en nuestra sociedad.

Debemos considerar en primera instancia que el General Belgrano ocupa un sitial destacadísimo dentro del panteón de héroes que forjaron nuestra nacionalidad. Esa posición la ganó por su aporte significativo durante toda su vida en el engrandecimiento de nuestra Patria.

Un héroe dentro del concepto occidental y clásico es aquella persona que superando sus limitaciones humanas, se yergue por sobre sus flaquezas y se sacrifica en pos del logro de los objetivos que procuran el bien, el desarrollo y la proyección de la sociedad a la que pertenece hacia un futuro de grandeza y un sitial de prestigio ante el resto de las comunidades nacionales.

Eso buscó el General Belgrano para nuestra Patria.

Fue un hombre que practico:

-      El servicio permanente y sin ninguna mezquindad a las Provincias Unidas del Río de La Plata aun en puestos que no fueron de su agrado o para los cuales, en juicio sumamente severo de su parte, consideraba que no se encontraba completamente capacitado para el desarrollo de los mismos, por eso su actitud puede ser bien calificada como de primer servidor público. Cuanto debería inspirar su ejemplo a aquellos que en lugar de servir se sirven de sus posiciones de privilegio.

-      Su espíritu cristiano estuvo siempre presente y muy especialmente en los momentos de zozobra por los que atravesaban las Provincias Unidas, siendo paradigmático su tenacidad en el respeto de la hora del rosario aún ocupando la retaguardia de la retirada y con la visión de las partidas enemigas a distancia de casi contacto.

-      La difusión de la educación sobre dos pilares fundamentales fue uno de sus nortes a través de la creación de escuelas con el fin de educar a la población en su mismo lugar de residencia y el periodismo como un instrumento para difundir las nuevas ideas y la necesidad de cambio en la producción con miras al mejoramiento de las condiciones de vida de la sociedad desarrollando no solo sus capacidades y potencialidades materiales sino también y principalmente las virtudes que hacen a una sociedad pujante e instruida para convertirse en verdadera artífice de su destino.

-      Su austeridad no solo se manifestó en el ejercicio del mando militar sino también en el cumplimiento de su misión diplomática, ya que cuando advirtió que la misma entraba en vía muerta no dudó en volver a Buenos Aires en lugar de prolongar sin sentido su estadía en Europa.

-      Su valor estuvo de manifiesto en todo momento, no solo en las cuestiones militares sino también en su participación en las jornadas de Mayo de 1810, al respeto solo basta pensar que un análisis desapasionado de quienes integraban la Primera Junta de Gobierno lo muestra como aquel de futuro más comprometido en caso que la Providencia no hubiera asistido a la causa patriota.

-      Su abnegación lo llevó a destinos difíciles, arriesgando su salud y las comodidades que pudieran corresponderle no solo por su posición en el gobierno sino también en la sociedad en general. Esa abnegación lo hizo asumir en dos ocasiones la comandancia del frente más problemático para la Revolución emancipadora (el Alto Perú) con un ejército limitado no solo en lo material sino también en la moral que lo sostenía. Aquí magistralmente no solo buscó mejorar el ejército como tal sino y principalmente la imagen adversa que la primera Expedición Auxiliadora había dejado en las sociedades norteñas y que pseudojustificaban que los patriotas fueran caratulados como herejes.

-      Su marcialidad logró vertebrar nuevamente como ejército a los efectivos del norte del país. Muchas veces se pretende mostrar como la faceta menos destacada de Belgrano su acción militar, más allá de los importantísimos triunfos de Tucumán y Salta, que son los que perfilaron los actuales límites de la República Argentina en su frontera norte, no puede minimizarse su capacidad movilizadora al momento de disponer el Exodo Jujeño empleando una táctica que sin las dimensiones del éxodo nuestro era empleado por el Mariscal Mijail Kutúzov en su lucha contra Napoleón Bonaparte en Rusia.

-      Llevó a la práctica la integración de la mujer en la sociedad de la época para lo cual se preocupó de su instrucción y nombró a varias de ellas con rango de oficiales por sus servicios prestados a la causa patriota. También los grupos hasta entonces excluidos como los pueblos aborígenes fueron integrados a la causa de la independencia en forma conciente al disponer que muchas proclamas y bando fueran redactados también en lengua de los originarios.

-      Su renunciamiento a lo material lo llevó a obsequiar premios militares para la construcción de escuelas y morir en la más extrema de las pobrezas, entregando su reloj como pago por los honorarios médicos adeudados, reloj obsequiado por el Rey de la Gran Bretaña y hace pocos años sustraído de nuestro Museo Histórico Nacional sin que a la fecha se pudiera establecer su paradero. Además comprometió al gobierno para que cuando se liquidaran sus sueldos devengados y no efectivizados le fueran entregados a un amigo personal que había corrido con los gastos de su último viaje desde  el norte a la Ciudad de Buenos Aires.

-      Su humildad a toda prueba hizo que no sintiera ningún tipo de reparos en solicitar al General San Martín, cuando éste se hizo cargo del Ejército del Norte reemplazándolo, el participar en la academia militar que San Martín fundó para la instrucción de los jóvenes oficiales. Además debemos considerar que para aquella época existía una diferencia de graduación militar en favor del General Belgrano.

-      Su carácter de estadista queda de manifiesto cuando el el 30 de diciembre 1810 redactó el “Reglamento para el régimen político y administrativo y Reforma de los 30 Pueblos de las Misiones” que sirvió de base al constitucionalista Juan Bautista Alberdi y que lo iguala en circunstancias a Napoleón en su influencia en la Redacción del Código Civil Francés.

-      Su trabajo incansable en bien de los pueblos hizo que su accionar adquiriera una proyección continental en que no se escatiman las comparaciones con George Washington y muchos historiadores de pueblos hermanos aquilatando desapasionadamente los hechos históricos comienzan a reconocer el aporte que a la libertad de sus actuales Estados ha hecho el General Belgrano como se puede apreciar en Paraguay y en Bolivia.

Este breve raconto no agota ni tan siquiera acota las virtudes de que hizo gala el General Manuel Belgrano pero no podemos cerrar el mismo sin mencionar su integridad, una integridad que no solo trasciende el límpido manejo de los fondos públicos sino también que dio coherencia a todos sus actos porque en todos se movió como una unidad de persona y no diferenciando su accionar público de su manejo privado. Todo funcionario es funcionario las 24 hs del día mientras dure su mandato, máxime cuando nos referimos a un funcionario encumbrado. Sería por ende impensable para Belgrano que un Primer Magistrado se envolviera en la bandera de otro Estado así sea por una mera acción propagandística y mancille con su accionar el respeto que él debe a su propio pabellón nacional.

Muchas han sido las afrentas que sufrió nuestro prócer: la desidia en la construcción de las escuelas, y el manejo que mientras tanto hicieron caprichosamentede losfondos por él donados una serie de gobiernos por casi doscientos años, la profanación de los restos mortales al sustraerse sus dientes de oro y tomarlo como una curiosidad política por parte de los ministros de aquel entonces, el robo de su reloj ya referenciado y la sustracción de la placa de bronce que se encontraba en el frente de su casa natal a metros de donde nos ubicamos ahora.

Pero quiero rescatar dos hechos que son significativos desde mi punto de vista:

El 03-06-2018 el Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina declaró al creador de la Bandera Nacional como la figura patriótica que sirve de ejemplo de aguerrida conducta en defensa de nuestra soberanía, completando así la identificación de esa Fuerza cuyos brigadieres, máxima jerarquía en la misma, portan la replica de la espada que pertenecía al General Manuel Belgrano.

La segunda situación es el asesinato reciente de un repartidor de comidas en el conourbano bonaerense. En el medio del dolor su padre hacía un llamamiento a que nos “pusiéramos la bandera al hombro y actuáramos como argentinos” y su madre inmersa en la desolación absoluta y desesperación total repetía que su hijo se llamaba Manuel porque ella siempre admiro al creador de la bandera y pretendía que su hijo siguiera sus valores.

Cuando el juicio de la historia se produzca y se nos inquiera que habremos hecho como sociedad y como individuos, si hemos  procurado encarnar los valores Belgranianos y acuñar un destino de grandeza para la Patria o, por el contrario, si fuimos cómplices o lo que es peor partícipes en una sociedad que maquinalmente pretende con una pulsión de muerte instaurar el caos y la decadencia sobre si, espero que los valores de nuestro prócer nos iluminen y que aceptemos el desafío de imitarlo en la Construcción de una Gran Argentina para que ese día del Juicio Histórico la figura de Belgrano no se yerga sobre nosotros y nuevamente, como en su lecho de muerte, deba exclamar `AY PATRIA MIA´".

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