Don Antonio Nariño
Padre civil de Colombia
Por el Sr. Prof. Dr. Hernán Alejandro Olano García
Académico correspondiente en Colombia
Cada16 de julio recordamos a Antonio Nariño, quien nos hace reconocer los ideales con los que se luchó sin tregua por parte del precursor. No obstante, las injusticias que lo persiguieron en vida, ya que 28 de sus 58 años estuvo prisionero, lo llevaron a caer en el olvido, en el que cayó el conjunto de su actividad patriótica.
Salvo por el hecho de ser el primer traductor en América Hispana de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, lo cual nos permite reflexionar sobre la actualidad de su pensamiento y de su ejemplo.
Según Elvira Cuerpo de Jaramillo, lo cual comparto, Colombia necesita nariños ciudadanos que aprecien y conserven su libertad, que defiendan su diversidad étnica, cultural, ecológica, política y religiosa, todo enmarcado en una sola nación, en un único país, en una tierra base rica donde todos podamos ejercer nuestros derechos y nuestro proyecto hacia el futuro.
Si La Pola es el prototipo de la mujer valiente, Antonio Nariño es el ejemplo de vida para los colombianos y de una patria para todos. Por esta idea luchó hasta el último de sus días, fundando el primer estado auténticamente nacional en el que incluyó a indígenas y mestizos. Acuñó monedas con la efigie de una indígena, símbolo a la vez de lo íntimo y de la libertad; diseñó la primera bandera colombiana y el escudo de Cundinamarca, que por entonces se extendía hasta el Vichada, símbolos que permanecen hasta hoy; combatió la desintegración de nuestro territorio, postuló la formación de un país unido con un gobierno centralizado para mayor eficiencia, y soñó con una patria en la que cada uno tuviese reconocidos no solo sus razones de pertenencia sino también sus derechos. Por otro lado, otro de los símbolos del departamento que han resistido el paso del tiempo es el hospital San Juan de Dios, que fue inaugurado por el santafereño cuando fungía como tesorero de Cundinamarca.
Nariño posee un prestigio de pensador clásico dentro de nuestros padres fundadores de la nacionalidad. Es el personaje romántico en la lucha por la libertad.
Sin embargo, solo se desempeñó como militar por 20 meses a lo largo de toda su vida, ya que principalmente fue un civilista y un pensador, un periodista político que adquiere el más grande valor para la memoria de los héroes de la patria.
Previo a la independencia de Cundinamarca, el 20 de octubre de 1810 fue liberado por los patriotas de Cartagena y se dirigió a Santa Fe, tratando de recuperar su patrimonio basándose en el embargo hecho al último virrey de la Nueva Granada, Antonio de Amar y Borbón. Ese mismo 22 de diciembre fue nombrado secretario del primer congreso organizado después del 20 de julio.
Para el 17 de abril de 1811 reimprimió la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y el domingo 14 de julio, en que se celebraba el primer aniversario de la Revolución Francesa, publicó el semanario La Bagatela, el primer periódico político del país. Sin embargo, el luto llegaría esos días, porque el 16 de julio de 1811 murió su esposa, Doña Magdalena, la madre de sus seis hijos.
Sobreponiéndose al luto, el 19 de septiembre su artículo en La Bagatela encendió los ánimos de tal manera que fue aclamado presidente provisorio de Cundinamarca, tras ser depuesto Jorge Tadeo Lozano. El 6 de octubre fundó la Gaceta Ministerial de Cundinamarca con el lema "Puntualidad y Verdad", donde la opinión no se fija y no tienen valor las leyes. Luego, el 24 de diciembre de 1811, el colegio electoral de Cundinamarca lo ratificó como presidente.
En 1812 combatió el proyecto de federación y defendió la idea de un gobierno centralista. Ya para el 23 de febrero fundó el periódico Noticias del Día, destinado a difundir las gestiones de su gobierno, y el 17 de abril se creó la República de Cundinamarca bajo su presidencia. Luego, el 29 de abril plantó el árbol de arrayán, conocido como el árbol de la libertad en la plaza central de Santa Fe, costumbre que se extendió a los pueblos que abrazaban la causa patriota. Por esa razón, el 5 de julio se organizaron fiestas en Santa Fe en las que se exhibieron el retrato de la libertad simbolizada por una indígena.
El 19 de agosto renunció a la presidencia de Cundinamarca para colaborar con el cese de hostilidades personales entre federalistas y centralistas, y el 11 de septiembre, ante la amenaza de las tropas de las Provincias Unidas de la Nueva Granada sobre la capital, el Congreso de Cundinamarca le solicitó retomar el gobierno y le otorgó facultades absolutas. El 20 de octubre fundó el periódico Providencias de Gobierno, en el que publicó los decretos expedidos por su administración. Posteriormente, el 2 de diciembre, las tropas de Nariño fueron vencidas en Ventaquemada, Boyacá, por las fuerzas federalistas que representaban a las Provincias Unidas de la Nueva Granada. El 24 de diciembre, Santa Fe de Bogotá fue sitiada y el 26 de diciembre, Nariño se entrevistó con Antonio Baraya con el ánimo de solucionar el conflicto.
Damos inicio al año de 1813, que es el de la independencia definitiva de Cundinamarca. Así, el 7 de enero apareció el periódico Boletín del Ejército, la primera publicación de carácter militar. El 9 de enero, las tropas de las Provincias Unidas de la Nueva Granada al mando de Antonio Guaralla llegaron hasta la plaza de San Victorino en Santa Fe, donde fueron derrotadas por la artillería de Nariño.
En los siguientes días se juró la nueva bandera de Cundinamarca y previamente se había declarado el Nazareno de San Agustín generalísimo de las tropas. El 13 de junio, Nariño renunció a sus facultades absolutas ante el Congreso, y el 16 de julio se proclamó la constitución del Estado Libre y Soberano de Cundinamarca. De sus insignias y monedas amplió el uso de la indígena coronada como símbolo de la libertad, ante lo cual Nariño fue nombrado presidente teniente general para comandar la campaña del sur, ante la urgencia de liberar a Quito con el objetivo estratégico de asegurar la independencia del Nuevo Reino de Granada. Así, el 21 de septiembre Nariño partió al mando de sus tropas y dejó como presidente interino de Santa Fe a su tío, Manuel de Bernardo Álvarez. El 30 de diciembre tuvo el primer enfrentamiento con las tropas españolas, denominado batalla del Alto Palacé, cuando Nariño ocupó la ciudad de Popayán.
Fue don Antonio Nariño, presidente de Cundinamarca, quien urgió en varios oficios al recién instalado Colegio Revisor de la Constitución de ese Estado, a aprobar el acto de “la independencia de Fernando VII”. Durante las sesiones de los días 15 y 16 de julio de 1813, el propio Nariño ingresó al Colegio Revisor para animar el debate interno que llevó finalmente a la decisión de la Independencia.
Nariño presentó también el argumento de la emancipación necesaria cuando un Pueblo llegaba a su madurez: “Sí: los Pueblos son como los hombres, que nacen y crecen, que numeran períodos en el transcurso de su vida en que debe gobernarse a sí mismos, con más razón los de América, que jamás serán dichosos sino con su gobierno interior que repare en sus necesidades”. Después de cinco años de expectativa, había llegado el momento en que la América podía decir a España que había llegado “la época de su emancipación”, no obstante, la oposición de del presbítero José Antonio Torres y Peña, cura doctrinero de los pueblos de Tabio y Nemocón, corregimiento de Zipaquirá, con la coadyuvancia del diputado Fernando Rodríguez.
Así ese 16 de julio, después de un intenso debate, finalmente llegó el momento de votar la moción de declarar la independencia. Finalmente, el acta de la declaración de independencia fue firmada por 47 diputados del Colegio Revisor que habían debatido “el importante punto de si era llegado el caso de proclamar solemnemente nuestra absoluta y entera independencia de la Corona y Gobierno de España”, dada la circunstancia de “emancipación en que naturalmente hemos quedado después de los acontecimientos y disolución de la Península y Gobierno de que dependíamos”. Después, en la tarde del 19 de julio se publicó en las calles de Santa Fe la declaración de la independencia. Algunos jinetes acompañaron al presidente Nariño en su paseo por la Calle Real. Después de la lectura del bando, que se prolongó hasta pasadas las cinco de la tarde, el Colegio Electoral llevó en procesión la imagen de Santa Librada desde el templo de San Juan de Dios hasta la Catedral.
El año 1814 fue bastante bélico, porque el 15 de enero se desarrolló la batalla de Calibío con triunfo patriota, el 29 de abril la batalla de Juanambú, y el 4 de mayo, desde Caracas, Simón Bolívar distinguió a Antonio Nariño con la Orden de los Libertadores en reconocimiento por sus triunfos militares. El 9 de mayo la batalla de Tacines fue un triunfo patriota y el 10 de mayo, la batalla de los Ejidos de Pasto, con la derrota que lo llevó solitario a la ciudad de Pasto, donde el 14 de mayo se presentó en la plaza del pueblo que pedía su cabeza. Sin embargo, de acuerdo con el decreto de gentes, fue juzgado y encerrado en una pequeñísima pieza, tendido sobre una mala cama, cubierto por una ruana, con grillos en las piernas ulceradas, sin un amigo y sin un libro. Permanecería allí hasta junio de 1815, cuando fue conducido al Callao y desde allí, vía Cabo de Hornos, a la cárcel real de Cádiz en España, donde permanecería hasta marzo de 1820, cuando obtuvo la libertad gracias a la revolución de Rafael del Riego.
Su seudónimo de Somayar fue el que utilizó para firmar cartas en contra del pacificador Pablo Murillo. Desde Gibraltar viajó por Europa durante un año, encargó su retrato y compró máquinas para la agricultura, regresando a América vía Jamaica después de que Simón Bolívar firmara el armisticio de Trujillo con Murillo. En 1821 Bolívar expidió el decreto que nombró a Nariño vicepresidente interino de la Gran Colombia y el 6 de mayo le correspondería instalar el Congreso de la Villa del Rosario de Cúcuta, siendo uno de los cuatro sobrevivientes presentes, pues a otros próceres ya habían sido fusilados por los realistas. Allí estaba Nariño, en medio de jurisconsultos granadinos jóvenes menores de 40 años, que pronto dominarían el Congreso y la historia de la segunda mitad del siglo XIX.
