jueves, 19 de diciembre de 2024

LA ESCUELA NACIONAL DE NAUTICA: otro Legado de Manuel Belgrano

 


LA ESCUELA NACIONAL DE NAUTICA: 

otro Legado de Manuel Belgrano


Por el Lic. Ricardo Garín
Consejero Académico
 
Palacio Barolo de la Ciudad de Buenos Aires
18 de diciembre de 2024


LA RAZÓN DE SU FUNDACIÓN

El pasado 25 de noviembre se conmemoró el Día de Marina Mercante. Esta fecha fue elegida para tal fin, en honor al día de inicio del “primer ciclo lectivo”de la Escuela Nacional de Náutica, Fundada por Manuel Belgrano en 1799.

Agradezco a la Academia Belgraniana, por la oportunidad que nos brinda para poder exponer aspectos relevantes en la obra de nuestro prócer, desde la historia y las vivencias como egresado de la prestigiosa institución.

Comenzaré la exposición, retrotrayéndome a mis años de cadete; justamente, a la tradición en que cada año, el 25 de noviembre, rendíamos nuestro homenaje al eminente fundador de nuestra escuela, única institución en Argentina que forma a profesionales de la Marina Mercante, como Pilotos de Ultramar y Maquinistas Navales:

Ese día nos convocaban en la Basílica Nuestra Señora del Rosario con el uniforme de gala y formación marcial, de cara al imponente mausoleo donde descansan los restos de Manuel; también, se encuentran los restos de sus padres y de otros personajes relevantes como Antonio González Balcarce, Hilarión de la Quintana, José Matías Zapiola y Martin de Alzaga. Es el mismo predio donde se emplaza el convento de Santo Domingo, sito en la Av. Belgrano, a metros de la casa natal de Manuel. Allí, en esa gran explanada, nos reuníamos los casi 500 cadetes, con la impresionante escultura en el centro que incluye la humilde loza que alguna vez cubrió la tumba primigenia del General. Con este acto dábamos cumplimiento a la tradición que instauró el mismo Manuel desde los inicios de nuestra Institución. También le rendíamos honores entonando nuestra marcha, Caballeros del Mar:


"Vieja escuela argentina que formas

Caballeros del mar: El Honor

Es tu lema y el nimbo de gloria

Que Belgrano el augusto soñó.


Cadetes: ¡Adelante!

Como bravos a luchar

Por una patria fuerte como el Ande,

Por una patria libre como el mar".


El Convento de Santo Domingo, junto con la basílica, no solo albergan los restos de nuestro benefactor por voluntad de él mismo, también fue escenario de gloriosas jornadas que tuvieron lugar durante la reconquista. Esas jornadas, como veremos, también están relacionadas con la ENN.

Durante la primera invasión inglesa, el Capitán Santiago de Liniers visitó el camarín de la Virgen y le rogó su protección. A cambio prometió solemnemente que donaría las banderas que lograra arrebatar al invasor. Los ingleses al mando de Beresford fueron vencidos el 12 de agosto de 1806 y Liniers cumplió la promesa. Desde ese momento, las banderas capturadas al primer y segundo batallón del regimiento 71 de S M y de la Guarnición de Infantería de Mar, se exhiben en el interior del camarín de la Virgen junto con las banderas donadas posteriormente por Manuel capturadas a los realistas durante la campaña del Norte. Pero como un capricho del destino, un año después los ingleses intentaron apoderarse de Buenos Aires por segunda vez y se habían atrincherado en el Convento. Desde la única torre resistían a los embates de los defensores. Muchas balas de cañón disparadas por los patriotas dieron en la torre. Hoy en día pueden verse las huellas de los proyectiles que se incrustaron en la mampostería, los mismos fueron oportunamente extraídos y sus huecos rellenados con madera. Los defensores de la ciudad que participaron del combate de Santo Domingo eran los del Tercio de Cántabros Montañeses, comandados por el Capitán Pedro Andrés García. Luego de la primera invasión inglesa, en previsión de futuras incursiones, Santiago de Liniers había instado a reforzar los batallones o cuerpos milicianos agrupados según su origen. Allí resurgió el mencionado tercio de cántabros, pero también otros batallones como el Tercio de Gallegos.

El Tercio de Gallegos o Tercio de Voluntarios de Galicia fue reclutado por el Ingeniero Pedro Antonio Cerviño, que no es otro que el primer Director de la Escuela de Náutica. El Ingeniero Cerviño, oriundo de Pontevedra, completó las plazas del Tercio con estudiantes de la Escuela de Náutica, muchos de origen gallego. Nuestros colegas cadetes, entonces, combatieron con bravura en el Retiro, sin municiones, abriendo una brecha en las líneas inglesas a punta de bayonetas. Otras fuentes aseguran de que también participaron en la mencionada batalla del Convento de Santo Domingo hasta que se logró la capitulación de los ingleses.


PEDRO CERVIÑO

Natural de Campo Lameiro, Pontevedra, Galicia, nacido en 1757, fue un ingeniero militar, topógrafo, cartógrafo, editor y docente de destacada actuación en el Virreinato del Rio de la Plata. Participó activamente en las invasiones inglesas y en los sucesos de mayo. Llegó a Buenos Aires en 1774.

Ingresó como laico a la tercera orden franciscana, se incorporó como cadete al Tercio de Gallegos que ya existía en el Rio de la Plata. Pero regresó a España para continuar sus estudios militares superiores. Fue educado en la Real Academia Militar de Matemáticas y Fortificación de Barcelona, regresando a Buenos Aires como miembro de la Comisión de Límites con el Brasil.

Como vemos, se trata de un personaje polifacético. Efectuó expediciones científicas en el Chaco en busca de meteoritos metálicos. Por encargo del célebre cartógrafo y naturalista Félix de Azara, recorrió los ríos Paraná y Uruguay para evaluar su navegabilidad. Cuando Azara se marchó de la región, confió a Cerviño sus valiosos manuscritos y cartas geográficas. Hizo otros trabajos por encargo del Virrey Avilés, como un plano topográfico de Buenos Aires, del curso del arroyo Maldonado y del futuro pueblo de Ensenada.

Planificó una campaña de desarrollo de la Patagonia con la participación de los nativos. En 1798 se comenzó a relacionar con el Consulado de Comercio de Buenos Aires dirigido por Manuel. Le encargó la realización de una elevación de la Ensenada de Barragán y una carta náutica del Rio de La Plata que fue remitida a España. Tiene entre sus logros haber colaborado con el primer periódico publicado en Buenos Aires: El Telégrafo Mercantil. Pero no quedó ahí la cosa, cuando El Telégrafo fue cerrado, logró editar el Semanario de Agricultura junto a Hipólito Vieytes. Nuestra relación directa con el Ingeniero Cerviño comienza en 1799 con la fundación de la Escuela de Náutica. El cargo de Director fue adjudicado por concurso de oposición y antecedentes. Dictó cursos de geometría elemental y práctica, trigonometría, hidrografía y dibujo.

Pero su principal virtud fue haberse erigido como el primer y ferviente impulsor de la Marina Mercante en esta región.


LA FUNDACIÓN

“Una nación que deja hacer por otra una navegación que puede hacer por sí misma, compromete su futuro y el bienestar de su pueblo”. Este fue el criterio rector de Manuel para fundar la Escuela Nacional de Náutica. De su propio puño y letra creo el reglamento de funcionamiento de la escuela. Estaba convencido que la Marina Mercante era una herramienta irreemplazable pera

el progreso. Así se podía verificar con las grandes potencias navales como Inglaterra. El reglamento era revolucionario para la época, producto de su formación y de los ideales con los que se granjeó en su etapa de estudiante en España. Así fue que seleccionó al Primer Maestro, Pedro Cerviño, y como Segundo Maestro al Piloto de Ultramar Juan Alsina. Una de las premisas del reglamento original, ordena que una vez al año los Maestros Primero y Segundo, que no son otros que el Director y Subdirector, junto con todos los discípulos, o sea los cadetes, deben ir a rendir cuentas y dar gracias a Dios a los altares del Convento de Santo Domingo. Este mandato se convirtió en una tradición que se cumple hasta el día de hoy, como lo mencioné al principio.

Pero la ENN tuvo un corto recorrido en esta primera etapa por problemas internos de la administración colonial. Aunque Manuel y sus Maestros habían previsto todo: las materias a dictar, la prioridad en las matemáticas y hasta las actividades prácticas en el primer buque escuela, el Bergantín San Francisco Xavier; la creación del instituto tenía una fuerte oposición desde la metrópoli a través del Comando Naval con base en Montevideo. Nuestro Primer Maestro Pedro Cerviño se había ganado la antipatía de muchos señores importantes y de Su Majestad. Sus ideas, como las de Manuel, conspiraban contra el Status Quo de la época. Esto queda explícito en el discurso de inauguración de la ENN por parte del propio Cerviño: “El comercio que hemos hecho hasta ahora se ha limitado a muy poca cosa, comprar en Cádiz lo más barato posible y vender en América lo más caro posible. Estos hombres encaprichados, no merecen el nombre de comerciantes”.

Esos hombres encaprichados le declararon la guerra al Consulado desde adentro y desde afuera. No tardó en llegar la Real Orden del 15 de Setiembre de 1806: “Así ha resuelto S.M. que lo haga entender a VE previniéndole que desaprueba el establecimiento de la referida Escuela y los certámenes expresados, como que todo se ha verificado sin su autoridad legítima y contra su terminante soberana voluntad que siendo el Comandante de Marina de Montevideo...a quien corresponda la observancia de los prevenido en estas materias, para tales establecimientos...Y finalmente, que no aprueba SM el nombramiento de Don Pedro Antonio Cerviño...porque para ese empleo...deben erigirse pilotos de la Armada, que lo deseen supuesta aptitud conveniente”.


PORQUÉ SE CREARON LA ENN Y OTROS ESTABLECIMIENTOS EDUCATIVOS

Belgrano nació en Buenos Aires el 3 de junio de 1770. Su padre, Domingo Belgrano Peri, era un comerciante nacido en Imperia, Liguria. Se había trasladado oportunamente a Cádiz para desarrollar su actividad y decidió afincarse en el Rio de La Plata ya como súbdito de la corona española. Arribó en 1751 y se casó con María Josefa González Casero en 1757, proveniente de una familia tradicional de Buenos Aires con quien tuvo 16 hijos, de los cuales sobrevivieron once. Manuel era el séptimo hijo de aquella numerosa y acomodada familia y convivió, además de con su tía materna, con una pléyade de esclavos y sirvientes. Vivían en una casa a metros del Convento de Santo Domingo, actual Avenida Belgrano 430. Pero la familia disponía de otras propiedades en la ciudad y tierras en otras localidades como las actuales Caseros y Vicente López. El ahora Don Domingo Belgrano Pérez, se dedicaba al comercio de diversos productos como plata, cueros, textiles, vinos, etc.

También a la compra venta de esclavos. Manuel cursó sus estudios primarios en el Convento de los dominicos cercano a su casa. Luego estudió en el Colegio de San Carlos, actual Nacional de Buenos Aires. Posteriormente su padre los envió a él y a su hermano Francisco a España. El mandato era que se instruyan en comercio para expandir y manejar el negocio familiar. Pero Manuel se vio envuelto y seducido por el clima de época y se graduó en leyes.

Asistió a dos Universidades, la de Salamanca de 1786 a 1788, y a la de Valladolid de 1789 a 1793. Mientras estudiaba en España, ocurrieron una serie de eventos en el seno de su familia que fueron determinantes en su vida futura.

Su padre se vio envuelto en hechos de corrupción con la Aduana. Parece ser que era amigo del administrador y se lo acusaba de haber sacado ventaja de ello, ganándose el encono del Virrey. Según se deduce del Archivo General de Indias, la causa se sustenta en malversaciones, derechos Reales impagos y otras faltas en supuesta complicidad con un tal Giménez, el administrador de la Real Aduana. El acusador era el mismísimo Virrey Loreto quien ordenó, en 1788, el embargo de bienes y el arresto domiciliario de Don Domingo. La opulenta y tranquila vida de la familia se hizo añicos y llegaron las privaciones.

La vida de Manuel tomó un giro inesperado y operó un cambio definitivo en su forma de pensar. Su padre murió en 1795 como consecuencia del disgusto, y él y algunos de sus hermanos, se hicieron cargo del entuerto. Había que levantar los embargos y ordenar la posesión de los bienes y la herencia. Esto demandó todos sus conocimientos adquiridos en el Derecho y sus influencias para resolver este problema. Se vio inmerso en un laberinto burocrático y de arbitrariedades que nada tenían que ver con el bien común de la gente y sí con mantener los privilegios de cierta clase de dignatarios y comerciantes.

Esto influyó dramáticamente en su forma de pensar. La decepción que sufrió con el affaire de su padre, se trasladó inexorablemente al sistema. Tal como lo describió en el discurso de Pedro Cerviño cuando fundó la ENN, Belgrano también dejó escrito en algunas de sus tantas Memorias al Consulado, algo parecido respecto a los comerciantes: “nada saben más que su comercio monopolista, a saber, comprar por cuatro para vender por ocho, con total seguridad”.

Finalmente, Manuel logró solucionar en el Concejo de Indias el problema de su padre. Todo indicaba su inocencia. Pero indudablemente ya había anidado en él, el germen de un cambio, que no era otra cosa que la emancipación. Y este germen pudo verse reflejado en sus medidas cuando asumió como secretario perpetuo del Consulado. Estas medidas se sustentan, además de lo padecido en carne propia con lo de su padre, en un marco teórico y filosófico que fue absorbiendo en su etapa de formación en España.

Manuel llegó a Europa en vísperas de la revolución francesa y pudo tomar contacto con las ideas de Rousseau, Voltaire, Adam Smith y del fisiócrata Quesnay. Mostró particular interés en una disciplina relativamente nueva como era la Economía Política. Las monarquías venían aplicando lo que se dio en llamar mercantilismo, una doctrina económica cuya principal característica era la férrea intervención estatal, con precios, aranceles e impuestos totalmente regulados. Pero había aparecido el liberalismo con la publicación del tratado La Riqueza de las Naciones de Adam Smith de 1746. Esta teoría económica se contrapone a lo establecido. En su obra, Adam Smith habla de la capacidad que tienen las naciones de producir transformaciones a partir de la tierra y sus recursos en un marco de libertad de comercio y sin intervención estatal.

Precedente a esto, Françoise Quesnay había hecho su aporte con la Fisiocracia, que, coincidiendo con el liberalismo económico, se resumía en la frase “laissez faire”, que significa dejen hacer. La fisiocracia establece que existe una economía natural basada en la riqueza que provee la tierra. O sea, el desarrollo de la agricultura en forma libre, se constituye en la base económica de una nación. Es necesario explorar y desarrollar técnicas para potenciar la producción, como el almacenamiento y la rotación de las tierras.

Manuel abreva de todo esto, pero no adopta una posición extrema ni dogmática, más bien cree que todas esas teorías son complementarias y se forma su propio ideario. Si uno quisiera evaluar el pensamiento político y económico de Belgrano de aquella época, hay que recurrir a las memorias consulares que no son otra cosa que los informes anuales que confeccionaba cuando estaba a cargo del Consulado. Se observa una obsesión por la educación, por la formación técnica y en oficios para transformar los medios de producción de manera que la región entre en un ciclo de industrialización incipiente, que se fomente la producción de artesanías de manera de comercializar productos terminados. Estaba en contra de la preeminencia de la ganadería, actividad que consideraba poco industriosa, sin valor agregado, propiciando la dejadez y el atraso. Belgrano era muy católico y consideraba al clero como un vehículo de formación, guía y desarrollo, adjudicándole roles de docencia y capacitación en las técnicas de trabajo de la tierra y los cultivos.

Una de sus mayores preocupaciones era la agricultura. En la memoria consular de 1802 podemos observar casi un alegato industrialista: “Todas las naciones cultas se esmeran en que sus materias primas no salgan de sus estados a manufacturarse, y todo su empeño en conseguir, no solo darles nueva forma, sino aun atraer las del extranjero para ejecutar lo mismo. Y después venderlas”.

En el Correo de Comercio, instaba en uno de sus artículos, a la necesidad de formar un sólido mercado interno que permita una equitativa distribución de la riqueza: “el amor a la patria y nuestras obligaciones exigen de nosotros que dirijamos nuestros cuidados y erogaciones a los objetos importantes de la agricultura y la industria por medio del comercio interno para enriquecerse, enriqueciendo a la patria porque mal puede esta salir del estado de miseria si no se da valor a los objetos de cambio y por consiguiente, lejos de hablar de utilidades, no solo ven sus capitales perdidos, sino aun el jornal que les corresponde. Solo el comercio interno es capaz de proporcionar ese valor a los predichos objetos, aumentando los capitales y con ellos el fondo de la Nación, porque buscando y facilitando los medios de darles consumo, los mantiene en un precio ventajoso, así para el creador como para el consumidor, de que resulta el aumento de los trabajos útiles, en seguida la abundancia, la comodidad y la población como una consecuencia forzosa. Incluso llego a proponer, estamos hablando de finales del siglo 18, una suerte de reforma agraria basada en la expropiación de tierras baldías para cederlas a los desposeídos”.

Los informes o memorias consulares de Belgrano, hablan más bien de sus proyectos y de lo que se debía hacer, y no tanto de la obra realizada. En la primera memoria consular que corresponde al año 1796, propone la creación de siete tipos de establecimientos educativos a saber: Escuela de Comercio, Academia de Geometría y Dibujo, Escuelas agrícolas, Escuelas de hilanzas de lana y algodón, Enseñanza primaria, gratuita y obligatoria, Escuelas para mujeres y la creación de nuestra Escuela de Náutica. Cada uno de estos ítems son perfectamente justificados, para el caso de la Escuela de Náutica escribe lo siguiente: “Es forzoso se ponga igualmente, como medio de la protección del comercio, una escuela de náutica, sin cuyos principios nadie pudiese ser patrón de lancha en este rio...La utilidad y ventaja que proporcionara este establecimiento, aun para los que no quieran seguir la carrera de la navegación, no será bien ponderada jamás, ni yo puedo hacerla ver claramente”.

Como dijimos, la Academia Náutica fue combatida por las autoridades peninsulares, y si no fue cerrada antes, fue debido a la insistencia de Manuel y del Primer maestro Pedro Cerviño a quien le negaron su salario. El mismo Cerviño se hizo cargo, además, de proveer útiles y libros de su propio bolsillo a los alumnos. Belgrano logró poner en funcionamiento la Academia de Geometría y Dibujo. En sus escritos, Manuel argumenta la necesidad del dibujo técnico para la formación de distintos oficios y profesiones, pero las autoridades también se opusieron alegando que era “un lujo” que la Corona no se podía dar en el estado de guerra en que se encontraba. Funcionaba en el mismo edificio del Consulado, pero solo permaneció poco tiempo. La preocupación por la educación fue algo que Manuel no abandonó jamás, y prueba de ello son las escuelas primarias que fue fundando durante su actuación militar posterior.

Como se dijo, la Escuela de Náutica fue desactivada por Real Orden de 1806 y fue reabierta recién en 1819. Esta segunda Escuela de Náutica se refunda por iniciativa del Piloto de Altura Antonio Castellini “para formar pilotos capaces de conducir una nave a cualquier parte del mundo”. El Director Supremo Pueyrredón autoriza su apertura. Luego de varios cierres y reaperturas y cambios de sedes, la “Escuela de Pilotos” nació en 1895 bajo la presidencia de José Evaristo Uriburu. En 1896 el PEN da por aprobado su reglamento y Plan de Estudios y se inician los cursos en un local provisorio cedido por el Ministerio de Educación.

En 1900 pasó a depender del Ministerio de Marina y en 1927, después de cambiar de variosasentamientos, se inicia la construcción del edificio definitivo que se concluye en 1946.

Por sus aulas pasaron muchos nombres ilustres como Bernardino Rivadavia.


LA MARINA MERCANTE Y LA GUERRA

Si bien nuestra formación se corresponde a una actividad civil, los marinos mercantes no han dudado en tomar las armas cuando la situación lo ha demandado. Nuestro mayor héroe naval, el Almirante Guillermo Brown, se inició en las artes del mar siendo muy joven, como grumete en un barco mercante hasta obtener su matrícula de Capitán luego de diez años de servicio en el Atlántico norte. El mencionado primer buque escuela, Bergantín San Francisco Xavier al mando de un capitán mercante, en 1801 se trabó en combate con tres buques portugueses fuertemente artillados que practicaban el contrabando en las costas del Brasil. Los buques portugueses fueron capturados y entregados a las autoridades. La Marina Mercante es una herramienta fundamental para la logística en situación de conflicto bélico. Los buques mercantes no están artillados como antaño, pero son esenciales para el suministro, el transporte de tropa, armamento, víveres, así como también para recolectar datos. Aunque no se haya difundido para el gran público, durante el conflicto del Atlántico sur se vieron involucrados 5 transportes Navales de la Armada, 24 buques cargueros de ELMA (Empresa Líneas Marítimas Argentinas), 1 carguero de empresa armadora privada, 6 buques tanque de YPF, 3 buques de YCF (Yacimientos Carboníferos Fiscales), 2 barcos auxiliares de empresas privadas, 13 pesqueros de altura y el Buque Escuela Piloto Alsina de la ENN. Un total de 55 buques mercantes. Durante el conflicto, yo estaba embarcado como Pilotín en el Buque Rio Calchaquí de ELMA. Habíamos sido asignados para llevar suministros a Puerto Argentino en plena ocupación de las islas. A último momento cambió la orden y fue enviado el buque Rio Carcarañá, que a la postre fue hundido por un ataque ingles en la rada de Puerto Argentino. Nosotros, con el Rio Calchaquí, fuimos a buscar a la brigada de Tanques de Magdalena luego de la rendición. Trajimos en nuestras bodegas a todos los tanques y vehículos auxiliares desde Punta Quilla a Buenos Aires.

Un total de 16 marinos mercantes perdieron la vida en la guerra de Malvinas por el hundimiento de sus buques. Sus cuerpos no tuvieron otra tumba más que el mar. “Clama el viento y ruge el mar” de la canción: Malvinas Argentinas

En marzo de 1802, Manuel Belgrano pronunció un discurso, donde dijo: “ ...De aquí van a salir individuos útiles a todo el Estado y en particular a estas Provincias, sabéis que ya tenéis de quien echar mano para que conduzcan vuestros buques; sabéis también que hallareis jóvenes que con los principios que en ella adquieran, como acostumbrados al cálculo y a la meditación, serán excelentes profesionales en todas ciencias y artes a que se apliquen, porque llevando en su mano la llave maestra de todas las ciencias y artes, las matemáticas, presentarán al universo, desde el uno al otro polo, el cuño inmortal de nuestro celo patrio...”.

Los Oficiales de la Marina Mercante somos directos beneficiarios de la obra belgraniana. Todo lo que he alcanzado laboralmente se lo debo a la formación que he recibido de la institución que él fundó y defendió junto con el Ingeniero Cerviño. Durante toda mi carrera he vuelto, una y otra vez, a la querida escuela en busca de conocimientos, cumplimentar los cursos de ascenso, rendir exámenes, cursos de perfeccionamiento y actualización para cumplir con la OMI, obtener título de grado y hacer postgrados.

Belgrano nos dejó como baluarte no solo el profesionalismo, sino también: el amor a la Patria, la resiliencia, la abnegación, la solidaridad, la empatía, el compromiso con el otro y la fuerza interior para afrontar la dura vida en el mar.

Mi agradecimiento para con Manuel, es solo comparable con la admiración que siento por él. No dudo que es el sentimiento compartido por todos los egresados de la ESCUELA NACIONAL DE NAUTICA “MANUEL BELGRANO”.

viernes, 22 de noviembre de 2024

Alocución del Señor Académico Presidente en ocasión de la donación de la Bandera Nacional al Instituto de Rosario de Lerma

 


ALOCUCIÓN DEL SEÑOR PRESIDENTE DE LA ACADEMIA BELGRANIANA

EN OCASIÓN DE LA DONACIÓN DE LA BANDERA NACIONAL

AL INSTITUTO “PADRE RAMÓN BARRUFET” ROSARIO DE LERMA

 22 DE NOVIEMBRE DE 2024


Estimados Compatriotas:

La vida de Manuel Belgrano es una vida ejemplar, no hay duda alguna. Una vida diferente, casi tocada por la mano de Dios. Una vida ejemplar, vigente hoy y me aventuro a aseverar, que también lo será en el mañana.

Su ideal fue forjar un nuevo pueblo, una nueva nación, invitando a sus compatriotas a un mundo desconocido, de valores que él supo descubrir. Su merito es haber detectado la validez espiritual y material de los habitantes de esta parte del mundo y no pretender sojuzgarlos y usufructuar sus esfuerzos nativos.

Salamanca y Valladolid abrieron y fomentaron aún más sus pensamientos y observaciones de la realidad, los que conjugados con sus anhelos interiores, encontraron marco en la ilustración que pudo palpar en Europa.

Hijo de una de las familias que se distinguían por su accionar, no era un desconocido. Los Belgrano eran influyentes en la sociedad. Su ambición –narrada por él mismo en su autobiografía- lo llevaba a pensar que sería un gran diplomático. La vida de representación en el mundo fue seguramente su primera inclinación vocacional, pero altamente comprensivo y dejando de lado sus aspiraciones personales, advirtió que su Patria estaba necesitada de los elementos fundamentales, de las columnas sólidas que debían sostener el edificio que él había pensado para esta tierra y sus habitantes.

Era un iluminado, con inspiraciones que hizo verdad en un pueblo al que le faltaba de todo.

Tan alta personalidad no deja duda de que fue un ser especial y excepcional. Su vida es un cofre de oro y en tesoro de virtudes. Su ilustración y su vocación lo distinguieron siempre. Dios nunca lo abandonó. El autor de la vida, en sus planes, se valió del Hijo Prominente de Buenos Aires para trazar el horizonte de la argentinidad naciente. 

Bartolomé Mitre en sus escritos dice “El será apreciado cada día a medida que vayan revelándose las páginas de su vida”. Gran parte de la vida de Belgrano está aún por conocerse. Es mucha su grandeza. Fue un héroe indiscutible.

Es nuestro deseo como Academia Belgraniana, entidad rectora de los estudios superiores belgranianos fundada en 1965, alentar a las nuevas generaciones a descubrir la santidad de Manuel Belgrano en todo su alcance y dimensión. Es nuestro deber profundizar la verdad y  encontrar a Belgrano como verdadero fundador de la libertad nacional. 

Hoy, en este suelo salteño, donde el 20 de febrero de 1812 Manuel Belgrano obtuvo la más espléndida victoria que registran los anales militares argentinos y fiel testigo de la clemencia cristiana ante el enemigo vencido, sembrando ejemplo y testimonio de hermandad americana decimos presente para traer a Rosario de Lerma una de las Banderas que tremolaron junto al Mausoleo de su Creador.

A partir de este día el Instituto “Padre Ramón Barrufet” es custodio de esta Bandera que es símbolo de los argentinos, símbolo magnífico que nos representa ante el mundo, obra del espíritu fundador del “Benemérito General Belgrano”.

Que este Pabellón inmaculado tremole siempre bajo este cielo con abundancia de paz y prosperidad, les recuerde la grandeza a la que han sido llamados y sea como siempre factor de unión, factor de amor a la tierra y amor al saber, sentimiento que nuestro prócer cultivo en grado máximo.

A ustedes jóvenes salteños de esta hermosa tierra de Rosario de Lerma, nueva generación de argentinos, les deseamos lo mejor y que luego de haber formado el cuerpo, la mente y el alma, tomen como ejemplo de vida, la vida de Manuel Belgrano, imitando y divulgando su obra como herederos de su grandeza.  

Hoy está aquí su legado, el máximo símbolo que jamás dejará de serlo para nosotros, rindamos con nuestras acciones tributo a aquel que abandonó todo por nosotros, honremos siempre su memoria y al ver los colores celestiales que nos dio en la Bandera cumplamos su deseo de vernos libres e independientes de los enemigos interiores y exteriores. 

En nombre y representación de la Academia Belgraniana de la República Argentina agradecemos a toda la Comunidad de Rosario de Lerma: a las autoridades civiles, militares, policiales y eclesiástica en la persona del Señor Arzobispo, establecimientos educativos presentes, veteranos de guerra de Malvinas, a los Infernales y gauchos de Güemes y de modo especial al Instituto Rosario de Lerma “Padre Barrufet” que cumple - al igual que nosotros - 60 años de vida institucional. Feliz aniversario de diamante. Que sigan brillando como tal, formando a la juventud en los valores y estandartes dejados por Manuel Belgrano y Martín Miguel de Güemes.  

Gloria a Belgrano, creador de nuestra enseña!, gloria al virtuoso americano!, gloria al justo Gobernador de Salta de Tucumán!, gloria eterna al Padre de la Patria!

 

Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro

Académico Presidente

Rosario de Lerma, 22 de noviembre de 2024

miércoles, 25 de septiembre de 2024

Alocución del Señor Académico Presidente en ocasión del 212 aniversario del triunfo patriota en la Batalla de Tucumán

 


Prof. Rubén Alberto Gavaldá y Castro
Académico Presidente 
Palacio Barolo de la Ciudad de Buenos Aires
24 de septiembre de 2024


Estimados compatriotas:

 

La Academia Belgraniana agradece la ponencia del historiador Dr. Javier Adrián Garín, a quien tiene el honor de designar en este momento como Académico honorario.

 

El triunfo patriota en “La Batalla de Tucumán y su importancia en la guerra de la independencia” que magistralmente tratara el expositor,  detuvo el avance de los leales a España sobre el noroeste argentino. Junto con la batalla de Salta, el triunfo de Tucumán permitió a los rioplatenses o argentinos confirmar los límites de la región bajo su control.

 

Manuel Belgrano, al observar que era imposible resistir el avance realista, inició el 23 de agosto de 1812 el Éxodo Jujeño, un repliegue memorablemente estratégico hacia Tucumán donde los habitantes de Jujuy y de Salta abandonan heroicamente  sus hogares, arrasando todo a su paso, dejando a los realistas sin víveres. Luego, el Gobierno le pidió que fuera a Córdoba pero él se mantuvo en Tucumán y allí venció a las tropas realistas, que lo doblaban en número,

 

La batalla de Tucumán, dada en el campo de Las Carreras, fue la más nacional de todas las que se libraron en la guerra de la Independencia. Ahí estuvieron todos "los pueblos" de la convocatoria de Mayo: el escuadrón "Decididos" de Jujuy, la caballería salteña con la jefatura de Moldes, las milicias tucumanas reunidas por Bernabé Aráoz, los restos de los regimientos porteños, la compañía catamarqueña conducida por Bernardino Ahumada y Barros, y el guerrillero altoperuano Manuel Ascensio Padilla con sus jinetes que formaron la escolta de Belgrano.

 

Tucumán fue la batalla de la unión nacional. El ejército popular salvó a la Revolución, y por sus resultados sólo es comparable con Maipú y Boyacá, que definieron la suerte de otros países americanos.

 

Empero no solo era intuición y táctica militar, antes de la Batalla de Tucumán, el general Manuel Belgrano, devoto de la Virgen María, había puesto bajo la protección de la Virgen de las Merced a todas las tropas patriotas. Y la Madre de Cristo actuó.

 

Luego de la importante victoria en las tierras tucumanas, el general le agradeció el mismo 24 por la tarde. En el parte que envía a Buenos Aires puede leerse: «La Patria puede gloriarse de la victoria que han obtenido sus armas el día 24 del corriente, día de Nuestra Señora de la Merced, bajo cuya protección nos pusimos”.

 

Posteriormente hizo oficiar una misa en honor a la Virgen durante la cual le entregó su bastón de mando, el que colocó entre los pliegues y cordones de su manto.

 

El nombre de esta advocación mariana, ante la que imploró se muestre benigna la Providencia Divina, evoca la misericordia infinita de Dios, que nos ha dejado en la persona de María a una auténtica madre, un seguro canal de gracia y una cabal intercesora. No es casualidad que “merced” signifique “misericordia”, “dádiva”, “gracia” y, simultáneamente, “perdón”.

 

El  corazón y la mente del “Padre de la Patria” y “General Portaestandarte de la República Argentina” - como lo llamara el presidente Domingo Faustino Sarmiento- le hicieron pensar que ese triunfo que él había obtenido en una situación muy difícil, muy adversa, muy complicada, quizá confusa, fue guiado por la mano de Dios.

 

Belgrano era creyente. Pensada en que del otro lado del mundo el Creador de ese mundo velaba por la tierra por la gente y que al ofrecer su bastón de mando a la Virgen Generala del Ejército daba significación al acto, significación que no todos comprendieron y que después fue objeto de polémicas u opiniones diversas muy autorizadas, por supuesto, de algún protagonista de aquella época.

 

Pero más allá de eso, la gratitud fue expresada y la intención demostrada: los hijos de esta tierra no eran herejes sino ortodoxos cristianos que con amor filial veneraban a la Madre de Dios!

 

Es nuestra intención ahora proceder ahora a entregar Diplomas de Reconocimiento a quienes hicieron posible esta conmemoración.

 

A todos vosotros expresamos públicamente nuestro agradecimiento por ayudarnos a mantener viva la gesta del Hijo Prominente de Buenos Aires. Gloria a Belgrano el Prócer ilustre y el virtuoso americano.

viernes, 23 de agosto de 2024

El Éxodo Jujeño

 


EL ÉXODO JUJEÑO

Por Ernesto Martinchuk

Consejero Académico


El General Manuel Belgrano, emprendió una retirada heroica que resultó clave para la independencia nacional.


Entre el 22 y 23 de agosto de 1812, la ciudad de San Salvador de Jujuy dio lugar a una de las estrategias más significativas para alcanzar la independencia frente al ejército realista. El denominado como Éxodo jujeño comandado por el Gral. Manuel Belgrano, significó el traslado de más de 1500 personas hacia San Miguel de Tucumán.  Partieron de San Salvador Jujuy para dejarla deshabitada y sin recursos que pudieran ser de utilidad para las fuerzas realistas. Sucedió hace 212 años y representó un hito en la épica de la independencia que culminó en la batalla de Tucumán, una de las más importantes dentro del proceso de la independencia

El enemigo avanza a las órdenes de Goyeneche que se puso a la vanguardia con más de 3.000 hombres y 10 cañones al mando del general Pío Tristán. Más de 800 realistas, de la primera columna de esa avanzada, parte de Suipacha el 1ro de agosto.

El grueso de las fuerzas patriotas -que integraban el Ejército del Norte- se hallan concentradas en San Salvador de Jujuy y la vanguardia en Humahuaca. Ante esta situación, el 14 de julio de 1812 el Gral. Belgrano emite un bando convocando a las armas a los habitantes de Jujuy, compuesta -en su gran  mayoría- por un alto grado de campesinos de naciones originarias como los Ocloyas, Omaguacas, Chichas, Quechuas, Kollas, Atacamas, Fiscaras, Cochinocas, Tilianes, Casabindos, Paypayas, Guarani, Tastiles, Tonokote entre otros pueblos, con intereses y demandas concretas que sumaron honor y sangre a los sueños de independencia y respondieron con entusiasmo al llamado del prócer, quién los exhorta a la lucha en términos que revelan un profundo amor a la Patria:

“Cuando el interés general exige las atenciones de la sociedad, deben callar los intereses particulares, sean cuales fuesen los perjuicios que experimentasen; este es un principio que sólo desconocen los egoístas, los esclavos y que no quieren admitir los enemigos de la Patria; causa a que están obligados cuantos disfrutan de los derechos de propiedad, libertad y seguridad en nuestro suelo, debiendo saber que no hay derecho sin obligación y que quien sólo aspira a aquel, sin cumplir con ésta, es un monstruo abominable, digno de la execración pública y de los más severos castigos. Exige por hoy el interés general que todos tomen las armas para sostener esa misma causa, cuya justicia está apoyada en fundamentos incontrastables de derecho natural y divino…”

Todos los ciudadanos de entre 16 y 35 años “amante de la libertad” son convocados a alistarse en las banderas de la patria. Así organiza, bajo las órdenes de Eustaquio Díaz Vélez, una nueva unidad de caballería llamada los “Decididos”. Acelera la fundición de cañones, reúne la caballería y el ganado. El 29 de julio da una proclama haciendo extensivo su llamado a la población. Ordena abandonar los hogares dejando las tierras arrasadas al enemigo. Insta a las familias a unirse al ejército, llevando sus armas, el hierro, el plomo y sus ganados a Tucumán. Las cosechas son quemadas y los que se resistan ejecutados.

Desconfiaba profundamente de los terratenientes locales, a los que llamaba “los desnaturalizados que viven entre nosotros y que no pierden arbitrios para que nuestros sagrados derechos de libertad, prosperidad y seguridad sean ultrajados y volváis a la esclavitud”. Tenía datos precisos de que ya estaban en contacto con la avanzada española para hacer negocios con las probables nuevas autoridades, de las que habían recibido la garantía de respetar sus propiedades. Belgrano no les dejó alternativas: o quemaban todo y se plegaban al éxodo o los fusilaba.

 El 23 de agosto, -sin la aprobación del Triunvirato- Belgrano inicia la retirada que él mismo dirige y en la caravana van las familias de abolengo, las de noble estirpe, los doctores y letrados, labradores y artesanos, mujeres, niños y viejos, todos formando un monumento viviente de heroísmo, gracias a las alianzas estratégicas y a la participación activa del pueblo.

Las fuerzas de Tristán entran en la ciudad el día 24 e intercambian los primeros fuegos con la retaguardia patriota. Aquel hecho destacó la figura del General Belgrano por su gran determinación y liderazgo, así como también la valentía del pueblo jujeño para defender la Patria. Finalmente, veinte días después del éxodo, y ya en tierra tucumana, el Ejército del Norte, al mando del General Belgrano, venció a los realistas y obligó a las tropas enemigas a retroceder hacia el norte. De ese modo, los independentistas recuperaron el control de esa región, que se hizo completo con una segunda victoria en la batalla de Salta.

miércoles, 7 de agosto de 2024

Belgrano y el Mar

El Académico de Número, Embajador D. Vicente Guillermo Arnaud (1925 – 2022)

escribió el presente artículo: BELGRANO Y EL MAR; publicado en el boletín 847/2018 del Centro Naval.






lunes, 15 de julio de 2024

BELGRANO, LA EDUCACIÓN Y LA CULTURA POPULAR

 


Ponencia de la Sra. Lic. Prof. Marta Silvia C. Ruíz, Dama Belgraniana

Salón Manuel Belgrano de la Sede de la Academia Belgraniana 15/11/2023


Conferencia de la Lic. Prof.  Marta Silvia C. Ruiz en su incorporación a la Academia Belgraniana de la República Argentina, al Círculo de Damas, el 15 de noviembre de 2023.


   Se considera fundamental la sanción de la Ley N* 1420/ 1884 reconocida de educación común, que estableció la educación elemental o primaria como obligatoria, gratuita, graduada y laica. La ley que posee un contenido extenso, comprende aspectos propios de su reglamentación y señala el mínimo de instrucción a recibir y la existencia de escuelas de campaña. Después tuvo su norma específica la universidad, (Ley Avellaneda, 1885). Es importante destacar que no existía idea de sistema educativo articulado, graduado e integrado. Esta noción de continuidad en los estudios surgió en Europa y en los EEUU. en el siglo XVIII y fue cobrando distintas estructuras en el siglo XIX. En nuestro país había una idea muy desdibujada de lo que hoy se reconoce como educación secundaria, es decir cómo sería el puente que conectase los aprendizajes elementales con los superiores reservados particularmente a las élites gobernantes. Pasaron varias décadas del siglo XX hasta tener una ley que contemplase todos los niveles educativos en forma articulada, consecutiva, con el enunciado de los fines de cada uno, las modalidades educativas y las condiciones de la promoción. Esto ocurrió en 1993 (Ley 24195) con la denominada la Ley Federal de Educación, cuya aplicación posibilitó la generación de segmentaciones y circuitos muy diferenciados, quebrándose la equivalencia y equidad de los estudios; problemática aún sin resolver en la actualidad a pesar de la vigencia de la Ley Nacional de Educación (26206/2006).

   La conquista y la colonización de América adquirieron características diferentes según las épocas y las distintas regiones. La acción de los conquistadores no fue homogénea como no lo fue la realidad política y socio-cultural con la que se encontraron. Globalmente pueden distinguirse los siguientes períodos:

1.      Desde el descubrimiento de América hasta el Concilio de Trento (1545)

2.      Desde esta fecha hasta la expulsión de los jesuitas (1767) - 222 años-

3.      Desde esta fecha hasta el grito de libertad de mayo - 43 años-

   Educar era sinónimo de evangelizar y es necesario reconocer que en las Leyes de Indias no había referencias a la educación elemental. Fue en Lima, en 1552 cuando la Junta de los Prelados dispuso junto con el aprendizaje del catecismo, que se debía enseñar a leer, escribir y contar.

   A lo largo del siglo XVI se registra que los gobernadores españoles debían nombrar maestros en los pueblos de su jurisdicción, tarea más bien asumida por las órdenes religiosas. La expansión educativa tuvo un punto inicial con la creación de la Universidad de San Marcos en Lima en 1574, y en el comienzo del siglo XVII, el Colegio Máximo de Córdoba constituido en 1617, fue reconocido como universidad en 1634.La expulsión de los jesuitas en 1767 produjo una carencia notable de educadores, porque la orden había sido pionera en la enseñanza de la agricultura, los oficios artesanales y los lenguajes artísticos.

   Se distinguían distintos tipos de establecimientos: las escuelas pías dependientes de las parroquias estaban destinadas a la población mestiza e indígena; las conventuales, preparaban para ingresar en la universidad; las del rey eran costeadas por el cabildo y las particulares, que se habilitaban con autorización del ayuntamiento, estaban destinadas a los hijos de los comerciantes y familias más acomodadas. A pesar de estos diferentes formatos, corresponde decir que no accedían a la instrucción elemental los negros, mulatos, zambos y cuarterones.


De su formación:

   Belgrano logró una formación académica de excelencia que supo cultivar y enriquecer y se puede decir que era un ciudadano del mundo porque nacido en Buenos Aires, se había formado intelectualmente primero acá, con todas las disciplinas que podían conocerse. Egresó del Real Colegio de San Carlos, contando con la ayuda de sus padres que advirtieron sus condiciones personales; a los dieciséis años viajó a Europa, para ingresar en las Universidades de Salamanca y Valladolid donde prosiguió sus estudios y egresó como Bachiller en leyes para continuar su formación académica como abogado. Allí fue comprendiendo y confrontando el pensamiento de las figuras más destacadas del iluminismo y siendo contemporáneo de los cambios político- sociales y culturales que implicó   la Revolución Francesa (1789) y las nuevas ideas que aparecían referidas al poder del pueblo y a los derechos de los ciudadanos. Su solvencia intelectual y consistencia académica fue validada en 1799, cuando el Papa Pío VI le concedió la licencia que le permitía acceder a todo tipo de texto científico, filosófico, literario.


De la función pública:

Como Secretario Perpetuo del Consulado de Buenos Aires, (1794) Belgrano promovió y creó instituciones educativas específicas, conformando un verdadero plan educativo. Bajo su inspiración surge:

 La Academia de perspectiva, arquitectura, geometría y toda clase de dibujo en marzo de 1799.Paralelamente  la  Escuela de náutica en cuyos fundamentos Belgrano sostenía: “… el objeto de este establecimiento es fomentar, con trascendencia a estos dominios, el estudio de la ciencia náutica, proporcionando por este medio a los jóvenes una carrera honrosa y lucrativa, y a aquellos que no se destinen a ella, unos conocimientos los más a propósito para sus progresos, bien sea en el comercio, bien en la milicia, o cualquier otro estudio, de donde se infiere que la causa pública logre con esta instrucción una utilidad singular…”.Ambos establecimientos funcionaron juntos y unos años después, en 1803 por orden de la corona, fueron cerrados por cuanto las autoridades españolas las consideraron un lujo.

   Propuso la creación de una Escuela de Comercio para que se enseñase aritmética, teneduría de libros, principios de cambios, reglas de navegación, leyes y costumbres mercantiles, elementos de geografía, estadística comercial comparada y que además se estableciese una compañía de seguros marítimos y terrestres. Se ocupó de la educación de la mujer destacando en los fundamentos de esa tarea, el papel central de la madre para la enseñanza de sus hijos pequeños de las primeras normas sociales y valores. Aspectos hoy destacados por numerosas investigaciones científicas que han demostrado el rol esencial de la madre en la comunicación prelingüística, en la formación de las conductas prosociales, en el desarrollo del lenguaje y en la asistencia de los niños a la escuela.

   También destacó la importancia de trabajar la tierra y aprender todos los principios y técnicas de la agricultura y la ganadería que no sólo serían motores para el progreso personal y familiar, sino modos de combatir la ignorancia y el ocio. Su espíritu precursor llegó a anticipar la importancia de la plantación de árboles en las grandes extensiones pampeanas porque eran el medio facilitador de evitar la sequía.

   Todos estos aportes para el progreso del país revelan su carácter precursor, su capacidad de anticiparse a los acontecimientos y preverlos en su dimensión social y valorativa, describiendo las variables comprometidas en las modalidades educativas: comercial, agropecuaria, técnico -profesional y artística. Este rasgo me permite recordar lo expresado por Ortega y Gasset en su libro En torno a Galileo como el personaje que está en su tiempo, pero anuncia otro, es decir, instaura las bases de lo que va a constituirse en un nuevo paradigma. El paradigma emergente contiene toda la sabiduría del anterior, pero lo supera con nuevas nociones y diferentes relaciones. La importancia de esta labor precursora de carácter pedagógico que tan tempranamente manifestó se reflejó en sus Memorias, donde consignó especialmente la finalidad de cada institución propuesta, su reglamento, el modo de designar a los directivos y docentes como así también los contenidos fundamentales.

   Su actividad no decayó porque participó en el periodismo (Telégrafo Mercantil, Correo de Comercio) y tuvo una iniciación en las carreras de las armas durante las invasiones inglesas. Luego, fue integrante de la 1ª. Junta. Producida la revolución asume un protagonismo como militar para ponerse al servicio de las nuevas ideas. Encabezó la expedición al Paraguay, otra a la Banda Oriental y más tarde se hizo cargo del ejército del Norte. Asimismo, ejerció cargos diplomáticos: primero cuando se lo designa ante el Paraguay y posteriormente, en Europa ante Londres y España para que reconocieran el nuevo gobierno. Fue jefe del Regimiento de Patricios y en funciones en Paraná, creó la bandera nacional el 27 de febrero de 1812. El mismo día se lo designó jefe del ejército del norte, estableciendo su regimiento en Salta, ascendió hasta Jujuy y es allí donde hizo bendecir la enseña patria. En enero de 1814 le entregó el mando al Gral. San Martín y regresó a B. Aires. En 1814 y 1815 se le encargaron acciones diplomáticas en Europa, especialmente en Londres para un reconocimiento de la situación en el Río de la Plata, sin obtener grandes resultados porque predominaba una posición monárquica. Regresa y es por ello que, con San Martín, aceleraron los tiempos para declarar formalmente la independencia.

   Belgrano había recibido como premio 40000 pesos otorgados por la Asamblea General Constituyente el 8 de marzo de 1813.Lo acepto respondiendo en una carta del 31 de marzo de 1813 – cuyo original está en el archivo general del gobierno de Jujuy- donando todos los fondos para la creación de cuatro escuelas de primeras letras en: Tarija (Bolivia), otra en Jujuy, la tercera, en Tucumán y una en Santiago del Estero. La donación fue acompañada   por un reglamento de 22 artículos donde el prócer expuso su ideario pedagógico, definiendo los contenidos a enseñar, la disciplina a seguir, la modalidad de la evaluación como la forma de seleccionar por concurso al personal al frente de cada establecimiento. Más allá de las aspiraciones e ideales que sustentaba, dichas creaciones se concretaron en tiempos diferentes, con distintas administraciones que prolongaron en el tiempo el objetivo central de la donación. De las cuatro escuelas, Jujuy fue la primera en habilitarse en 1813, pero las sucesivas luchas por la independencia, hizo que se cerrara en 1815. El cabildo abrió una mucho más modesta en 1825 que se cerró tres años después. Pasaron 191 años para restituir el legado del prócer porque el 7/7/2004, abrió una escuela en un barrio de una comunidad humilde de la capital de la provincia, un establecimiento para 900 alumnos de los niveles inicial y el primario. En la ciudad de Tarija, al sur de Bolivia, se construyó con dinero argentino la Unidad Educativa General Manuel Belgrano que abrió sus puertas en 1974 (161 años después) con una capacidad de albergar a 3500 alumnos. Para los restantes establecimientos donados se esperó mucho porque, Las escuelas de la patria como había pedido Belgrano que se las denominase, la de Tucumán como la de Santiago del Estero se habilitaron en 1997, 184 años después.

   Desde una perspectiva actual de la psicología evolutiva, la denomina la Teoría de las inteligencias múltiples [1]: espacial,  cinético -corporal, lógica- matemática,  verbal,  musical,  natural y las denominadas emocional que son dos: la interpersonal e intrapersonal y aluden a la capacidad de comunicación, de mediación, de intervención, empatía, de comprensión de las necesidades ajenas, y de emplear distintos recursos para evitar conflictos .Es posible inferir que  Belgrano puso de manifiesto a lo largo de su vida en múltiples servicios a la Patria, una adecuada combinación de las inteligencias lógico-matemática, verbal, espacial y la interpersonal, varias veces evidenciada en decisiones y actitudes que asumió, por ejemplo: el temple que mantuvo durante el juicio que le realizaron sobre desempeño en la Campaña de Paraguay (1811) del cual salió intachable porque no hubo declaraciones en su contra ni de la oficialidad ni de los representantes de las zonas; la donación para las escuelas como un gesto altruista y comprensivo del valor que le otorgaba a la educación y haberle exigido al jefe realista, Pío Tristán, firmar  el armisticio, confiando  en que el enemigo iba a cumplir la palabra comprometida de no tomar nuevamente las armas .

   A modo cierre del primer tema, expreso que como consecuencia de la labor de la Sociedad de Estímulo de Bellas Artes, se crearon instituciones educativas en la especialidad que funcionaron bajo la administración nacional con tres niveles: medio (magisterio en dibujo); profesorado nacional y profesorado superior. La primera escuela, formadora del nivel preparatorio se abrió en 1937 y en su reseña histórica expresa que es la heredera de la fundada por Belgrano en el siglo XVIII. Está ubicada en la Ciudad de Buenos Aires, en el barrio de Barracas – Wenceslao Villafañe 1342 -y es la Escuela Superior de Bellas Artes Manuel Belgrano, de la cual fui profesora más de 30 años.


II. CULTURA POPULAR

A Un lenguaje clásico, metafórico de autor conocido, producciones literarias no asequibles al público en general, dominio de poetas, escritores y periodistas de la época:

 . Las estrofas del Himno Nacional en las cuales Vicente López y Planes menciona las batallas y dice “...San José, San Lorenzo, Suipacha, ambas piedras, Salta y Tucumán…”. La batalla de Las Piedras librada en la Banda Oriental el 18 de mayo de 1811, fue el primer triunfo de las fuerzas revolucionarias conta la metrópoli española y el combate del Río las Piedras ocurrió en Salta, el 3/ 9 / 1812 entre los realistas y la retaguardia del ejército nacional.

. De la crónica de la época del fallecimiento de Belgrano

 Fue el Padre Francisco de Paula Castañeda quien dio a conocer en su periódico el Despertador Teofilantrópico la muerte del prócer con los siguientes versos:

Porque es un deshonor a nuestro suelo/ es una ingratitud que clama el cielo/ el triste funeral, pobre y sombrío/ que se hizo en una iglesia junto al río. / En esta ciudad, al ciudadano, / ilustre general Manuel Belgrano.

Los versos que le dedicara el poeta Esteban de Luca:

 “… Él de la patria se despidió tranquilo/ella, en su seno grata acogió los últimos suspiros del mejor de sus hijos…”

El canto elegíaco a la muerte del General Belgrano por el poeta Juan Crisóstomo Lafinur y los sonetos a Belgrano de Juan Cruz Varela, uno de los cuales transcribo:

¡Feliz plantel del suelo americano!, /Gran Buenos Aires, patria afortunada/campeón más ilustre, cuya espada/ nunca en conflicto se desnudó en vano/

De los laureles que plantó tu mano/ en tus marciales glorias empeñada/ haz diadema de honor en que grabada/ se vea la imagen del mejor Belgrano/

De ella solo la expresión valiente/ el aire noble su mirar activo/ su denuedo gentil, grato, imponente/ su tono militar ejecutivo/ actitudes serán que mudamente/ a una voz griten! ¡Compatriotas! Vivo.

Producciones posteriores.

El tambor de Tacuarí, de Rafael Obligado en memoria del niño correntino, Pedro Ríos, que lo acompañó en su campaña al Paraguay y que designa al combate homónimo del 9 de marzo de 1811. Belgrano se refirió a su comportamiento ejemplar como lo hizo asimismo con las niñas de Ayohuma.

-En la composición musical para orquesta y coros inspirada en ritmos criollos, Los forjadores de la Patria, León Benarós le dedica al Gral. Belgrano una milonga y un gato.

-La Balada Belgraniana y el Himno a Belgrano de la Dra. Fernández Latour de Botas.

B. Lenguaje popular en distintas formas, transmitido en forma oral, expresiones propias de trovadores, juglares y cantores populares. Lenguaje componente de lo que se conoce como folklore literario manifestado en coplas, cantares, décimas, refranes. No es frecuente que en este tipo de manifestación lingüística se refiera a paisajes o a personajes, sino más bien a sucesos, acontecimientos que quedan en la memoria colectiva. Ejemplo de ello, en los estudios que se han realizado del cancionero argentino, son puntuales las referencias al General Belgrano. Ejemplo:

Manuel me ha dado una cinta/ Belgrano me dio un cordón/ Por Manuel, yo doy la vida/ por Belgrano, el corazón/ /[2]

Por su actuación en el Ejército del Norte, ha quedado en el folklore poético, especialmente cantado, las siguientes coplas referidas a la situación en general existente en los pueblos del NO, una glosa en décimas registradas por el maestro Juan A. Carrizo:

Desde el grito de la patria/ sigue nuestro padecer/ los pueblos pacificados / sin esperanzas de ver//Nuestras vidas, nuestros bienes/ no los contamos seguros/
!En que trabajos y apuros/ a los vecinos nos tienen! /cualquier sistema que viene del mismo modo nos trata/ vacas, caballos y plata/ siguen a todo quitar / no nos dejan trabajar/ desde el grito de la patria//Nada queda garantido desde que patria se dijo/ ni cuenta el padre con su hijo / ni la mujer con marido/. /Las leyes se han abolido: /marcha el hombre a padecer/ y lo llevan sin saber a qué fin lo obligan tanto/Mientras lloran sin quebranto/ sigue nuestro padecer. //

   Avanzaron los realistas y recibió Belgrano la orden de replegarse hasta Córdoba y se produjo el Éxodo jujeño el 23 de agosto de 1812, y el pueblo de la ciudad, obedeciendo a un bando del Gral. Manuel Belgrano, abandonó sus hogares y se pusieron en marcha hacia Tucumán.

¡Adiós, Jujuycito, adiós! Te dejo y me voy llorando;/ la despedida es muy triste/ la vuelta quien sabe cuándo

Vamos tucumanos/vamos hermanos/ que corre peligro / el bravo Belgrano/

Con hondas y con piedras/ pueblo puneño/ sigamos el ejemplo/ los quebradeños.[3]

   Se quedó en Tucumán donde se libró la batalla triunfante el 24 de septiembre de 1812.Luego, avanzó a Salta donde se dio la batalla el 20 de febrero de 1813, cuando flameó por primera vez la bandera argentina triunfante. Firmó un armisticio con el jefe realista Pio Tristán.

   En nuestra cultura tradicional arraigó fuertemente la composición denominada décima espinela. Su creador fue Vicente Espinel (1550-1624) poeta y músico español. Consta de diez versos octosilábicos que riman en consonancia el primero con el cuarto y el quinto; el segundo con el tercero; el sexto con séptimo y   décimo; y octavo con el noveno. (a-b-b-a-a-c-c-d-d-c-.) Ingresó en nuestro territorio en la corriente cultural proveniente del Perú y tuvo una gran aceptación en los poetas populares, otorgándole una gran vigencia a través de los siglos, siendo folklore vigente en la payada. Los movimientos tradicionalistas la han adoptado como forma poética preferida, resignificándola para la memoria colectiva con otro carácter y expresiones.

Hay una décima de pies atados muy conocida que dice:

Ahí te mando, primo el sable/ no está como yo quisiera/ de Tucumán es la vaina/ y de Salta, la contera.

Cercado de desventuras, / desdichas y desaciertos/ no distingo sino muertos/ no veo sino amarguras//Los hijos de esta llanura/ tienen valor admirable/ Belgrano, grande y afable/ a mí me ha juramentado/ y, pues, todo está acabado/ Ahí te mando, primo el sable//

Cada jefe testimonio / dio de ser un adalid/ Díaz Vélez, más que el Cid, / Rodríguez, como un demonio/Araoz, por patrimonio/ tiene la índole guerrera/ de Figueroa a la carrera/ me libré, si no me mata/Estoy ya de mala pata/ No va cómo yo quisiera.

Forest, Superí, Dorrego/ Perdriel, Álvarez y Pico/ Zelaya, en laureles rico/ y Balcarce brotan fuego/Arévalo, de ira ciego, /su patriotismo no amaina/ Me han cebado una polaina/ los tales oficiaditos/ y cantan estos malditos / De Tucumán es la vaina//

Por fin ese regimiento/ llamado número uno/ con un valor importuno/ me ha dado duro escarmiento/Y es tanto mi sentimiento / que yo existir no quisiera/ pues la fama vocinglera, publicará hasta Lovaina/ que es del Tucumán la vaina/ y de Salta, la contera. //

  Son los versos originales que nacieron con el triunfo de Salta el 20 de febrero de 1813, cuando el General Belgrano venciera en el campo de Castañares a Pio Tristán. Durante la persecución posterior fue interceptado un chasqui que llevaba correspondencia del juramentado Tristán a su jefe y pariente, José Manuel de Goyeneche. La carta mencionaba algo acerca de un sable que Tristán le había enviado a Goyeneche para que le cambiara la vaina- el estuche que protege el arma-. De allí, que las coplas se dispersaron y dieron origen a otras burlonas. Tanto es así, que cuando se enteró del hecho Goyeneche, la tradición dice que expresó:

Asegurado por muy cierto/ que, a Goyeneche, Tristán/con un soldado alemán/ esto escribió medio muerto/ que aquél tuvo a desacierto/ haberse juramentado/ por lo cual, desesperado/ dijo al verse sin ánimo/ maldito sea mi primo/ y el padre que lo ha engendrado//[4]

El poeta Hilario Ascasubi, en 1859, retomó estas décimas tan popularizadas en el norte argentino y escribió:

Cuando el General Tristán/ lo emprimó la patria gaucha/ hasta pelearle la chaucha/ en Salta y en Tucumán/ salió entonces de refrán/ aquel verso inolvidable/ por tan gaucho y aplicable/ a todo golpiao/, si en copla/ sale un paisano y le sopla…/ ¡Ahí te mando, primo, el sable!!!

Vencedor Belgrano ascendió por la quebrada hacia el norte hasta Potosí y se producían guerrillas:

Ya viene los soldados por la quebrada/ y los godos disparan/ Como bandadas. /

Vamos compañeritos, /a defender la bandera/ que la sangre de la Puna /no se derrama andequiera.[5]

   Avanzó a territorio boliviano ordenando la vida en Potosí y los relistas con su nuevo jefe, Joaquín de la Pezuela, lo enfrentaron en Vilcapugio y luego en Ayohuma, ambas derrotas. (14 de octubre y 1* de noviembre de 1813.) Quedó en la memoria popular la siguiente copla que se cantaba con ritmo de baguala acompañada de la caja:

¡Palomita, palomita/ palomita de la Puna/ a Belgrano lo vencieron / en la pampita de Ayuma/[6]

C. Otras páginas se inspiran en el acervo nativo y conforman la literatura folklórica, una de cuyos capítulos esenciales es la gauchesca, modalidad que tuvo sus orígenes en los Cielitos patrióticos que compuso Bartolomé Hidalgo, el llamado un poeta de dos bandas, literatura que alcanzó su cenit con el Martín Fierro de José Hernández. Es reconocido por los Cielitos y los Diálogos Patrióticos entre Jacinto Chano (capataz de una estancia en la isla de Tordillo) y Ramón Contreras, (un gaucho de San Miguel del Monte.) haciendo mención a cómo la oficialidad española no había cumplido la promesa hecha en Salta. (Contreras le dice a Chano)

Lo que a mí me causa espanto/ es ver que ya se acabó/ tanto dinero, por Cristo/mire que daba temor/ ¡Tantísima pesería ¡Yo no sé en qué se gastó! /Cuando el General Belgrano (que está gozando de Dios) /entró en Tucumán, mi hermano/por fortuna lo topó/ y hasta entregar el rosquete/ ya no lo desamparó/ Pero, ah, contar de miserias/ De la misma formación/ sacaban la soldadesca/ delgada que era un dolor/ con la ropa hecha miñangos/ y el que comía mejor/ era algún trigo cocido/ que por fortuna encontró/…[7]

  Para cerrar esta exposición, quiero mencionar la labor del escritor entrerriano Martiniano Leguizamón [8]quien hizo un informe favorable al levantamiento del monumento a la bandera en Rosario (07/11/ 1925) y con fecha 10/09/ 1927 fue comisionado a integrar la representación del país en Italia, en la inauguración del monumento a Belgrano en Génova el 12 /10 / 1927, con la presencia del rey Víctor Emanuel, el buque- escuela de la armada argentina y numeroso público. La estatua ecuestre del General está realizada en broce de un cañón español obtenido en la batalla de Salta y la figura y la bandera que enarbola fueron obra del escultor Arnaldo Zocchi. ----------

 



[1] Gardner, Howard. Estructuras de la mente. Teoría de las inteligencias múltiples.

[2] Fernández Latour, Olga. Cantares Históricos de la tradición argentina.

[3] Carrizo, Juan Alfonso. Cancionero popular de Jujuy. P. 181.

[4] Encuesta Folklórica del Magisterio. 1921.Santiago del Estero. Leg. 21 y 77.

[5] Carrizo, Juan Alfonso. Cancionero popular de Jujuy.

[6] Ibidem.

[7] Hidalgo, Bartolomé. Diálogo patriótico interesante. 1821

[8] Ruiz, Marta Silvia. 2017. Martiniano Leguizamón y nuestro folklore. p 48-9

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