La Academia Belgraniana de la República Argentina acerca el pensamiento del Académico y Primer Presidente de la ABRA profesor Jorge Gulló y Paternó sobre Manuel Belgrano.
Belgrano: de abogado a militar. Su aporte al Mayo revolucionario.
- Señor Presidente de la Academia Belgraniana, ¿Cómo pasa a ser militar Belgrano en aquellas invasiones inglesas, en 1806-1807, la relación de Belgrano con los Patricios, como comandante, como miembro? ¿Cómo pasa de abogado a militar?
Fue llamado a componer el entorno del jefe de aquel movimiento de ejército y participó en los combates que se libraron en el convento de Santo Domingo. Ahí tuvo su llamado bautismo de fuego, como ayudante del comandante en jefe de esas armas. Y luego, tal vez por un llamado divino, trocó la función de abogado del Real Consulado, para el que había sido nombrado en España, por vestir un uniforme y salir a enfrentar al enemigo. Hay versiones históricas en las que se afirma haber recibido ayuda de la Virgen María que se le apareció en la gloriosa batalla del Tucumán. Puede creerse o no, será la verdad...
- Aquella virgen que termina siendo generala de los ejércitos, que recibe el bastón de mando.
Tal vez eso lo inspiró a nombrarla más adelante protectora de sus almas.
Pero como usted verá, toda la vida de Belgrano no está lejos de la presencia de los designios de Dios. Si no es la fe la que me obliga a decir esto. Son los documentos hallados. Esos documentos pueden decir la verdad o pueden no decirla. Como creyente, les otorgo la más confiable veracidad.
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Invasiones inglesas, Manuel Belgrano militar. Al poco tiempo, Fernando VII, prisionero de Bonaparte. Una junta, un mayo revolucionario. ¿Cuál fue la actuación de Manuel Belgrano en aquellos días de mayo previos al 25 e inmediatamente posterior? Fue miembro de la junta, lo sabemos todos desde niños. Pero su aporte, ¿cómo lo puede definir? ¿Era el gran político de la revolución?
Él fue llamado a formar parte de la llamada primera junta. Que no fue primera en el orden de las juntas que se formaron en el Plata. Por, sus cualidades, prestigio, muy ganado. Desde 1794, cuando llegó para ser Secretario del Real Consulado de Buenos Aires. Que en realidad, era el Real Consulado de todo el Virreinato del Río de la Plata. ¿Qué quiere decir esto? Que nos encontramos ante un hombre providencial.
Un hombre que para cada cargo, para cada misión que se le confiaba, ponía todo su corazón, toda su fe y toda su alma. Queda para los historiadores e investigadores futuros, ahondar en estos rastros, analizarlos y, si Dios los ayuda, encontrar otros que confirmen nuestras fervientes suposiciones. Digo suposiciones, pero en realidad, en mi ser, nuestras creencias, son convicciones de católico practicante.
- Primera década del siglo XIX, y habíamos iniciado esta semana hablando de la familia. ¿Su relación con Castelli? ¿Cuál era? ¿Qué parentesco tenía? ¿Si es que lo tenía?
Eran primos.
- ¿Cómo era la relación humana entre ellos?
Se querían mucho, pero eran dos temperamentos distintos.
- ¿Dos formas de ver la misma realidad de prisma diferente?
En uno estaba el manto de santidad, en el otro el manto de la vivencia patriótica. Dicen algunos documentos que Castelli se comportó en una forma desusada en los pueblos del norte, pero el tema no ha sido profundizado.
- ¿En qué se refiere con una forma de poco uso o de uso o de desuso directamente?
Es decir que sus actitudes no eran propias de la temperanza, tolerancia, humildad que debe tener como escudo un verdadero católico. Pero recordemos a Ortega y Gasset cuando nos habla del hombre y sus circunstancias. Hay que estar en las circunstancias para medir la reacción.
- ¿Recuerda el fallecimiento de Castelli?
Sí, sé que tuvo un fallecimiento desde el punto de vista de la salud terrible porque murió de un cáncer.
- ¿De lengua?
Sí.
- ¿El gran orador de la revolución?
Sí, privado justamente de su palabra, que para algunos fue eléctrica y para otros fue profética.
- Muy bien.
El hombre está muy inclinado a juzgar y a condenar, pero son pocos los papeles en los que se llega a demostrar esas virtudes o esos defectos. La historia está por verse todavía.
Además, no hay una historia, hay varias historias, las que se contaban en cada ciudad, en cada época, la que convenía a cada pueblo. Cuando yo estudié historia en Francia, me encontré con tantas versiones de la historia de América que me pregunté cuál era la verdadera. Y me puse a estudiar la historia de todos los países.
Y les aseguro que de todas las disciplinas del saber, la historia es una de las más complejas, porque como es la historia de la verdad, todos piden la verdad. Cuando dan con ella porque no les gusta, la niegan sin fundamento.
- Queda mucho para transitar en este mes de junio sobre Manuel Belgrano y su legado y su gesta. Le agradecemos esta semana que compartimos y el compromiso de ahondar un poco más a partir de la próxima. Gracias, Señor Presidente.
¿Puedo agregar una palabra?
- Por supuesto.
La historia de Belgrano está por escribirse. Mi deseo es que las generaciones de argentinos redescubran a Belgrano y tengan la valentía de decir la verdad y hacer justicia. Hemos nacido para hacer justicia, porque Dios es justicia.
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Gracias, Presidente.
