" COMBATE DEL RÍO LAS PIEDRAS "
que corre por el Departamento Metán, Provincia de Salta.
Comentario a cargo del + Dr. Luis Domingo Piraino
Autor del libro: Manuel Belgrano, el verdadero Padre de la Patria
Académico correspondiente electo para la Provincia de Salta 03/09/2021
Mientras el pueblo jujeño y el grueso del Ejército del Norte se replegaban hacia Tucumán, eran perseguidos por las tropas realistas, la retaguardia patriota comandada por Diaz Vélez, era el débil muro que trataba de contener y evitar que las fuerzas patriotas sean alcanzadas, por ello, se valían de la denominada "guerra de guerrillas" y habían recibido la orden de no dar batalla ante la debilidad de sus fuerzas.
Las tropas realistas, unos 600 hombres al mando de los coroneles Llanos y Huici, atacan la retaguardia patriota dispersándola, para luego perseguirla. Ya nada se interponía entre los "maturrangos" (como se los llamaba a los realistas por no saber montar bien a caballo) y los patriotas.
Ante ello el general Belgrano decide esperarlos a orillas del Río de Las Piedras, emplaza allí dos pequeñas piezas de artillería, desplegando sus fuerzas en tres secciones: con el capitán Gregorio Aráoz de Lamadrid al mando de la caballería y las alas al mando de los capitanes Carlos Forest, Diaz Vélez y Juan Ramon Balcarce.
El choque se produce a las dos de la tarde y en una acción combinada las fuerzas patriotas logran poner en fuga a los realistas que dejan en el campo 2 oficiales y 58 soldados muertos y 40 prisioneros, en tanto que nuestras fuerzas sufrieron 3 muertos (el capitán don Manuel Mendoza, un sargento de Húsares y un soldado y 6 heridos). Previamente había sido tomado prisionero el coronel Huici que se había adelantado acompañado sólo por dos hombres hasta el pueblo de Trancas (a unos 70 km de Tucumán).
Este combate, de relativa importancia militar, fue muy significativo en cuanto a la moral de nuestras fuerzas, reconfortándolas y devolviéndoles el orgullo.
Tal vez para demostrarle a Belgrano que dicha derrota no le importaba, Pío Tristán manda un emisario con 10 monedas de oro y un despacho por el que comunicaba, que enviaba dicho dinero para asegurar el buen trato de los oficiales realistas prisioneros, fechándolo de manera altiva, el día 15 de Septiembre de 1812 como dado en el "Campamento del Ejército Grande".
En respuesta a esto, Belgrano devuelve al emisario con el dinero, pidiéndole a Tristán que lo utilice en el buen trato de los prisioneros patriotas, avisándole asimismo que una suma igual iba a ser entregada a los oficiales realistas prisioneros, para terminar dicha misiva fechándola el 17 de Septiembre de 1812 en el "Campamento del Ejército Chico".
